El arte casa bien con la naturaleza

Sin embargo, hay algunas cosas que es preciso seguir mimando porque, a buen seguro, son el alimento del alma humana y hemos de continuar nutriéndonos de ellas. El arte y la naturaleza son tan vitales, que hay que procurar frecuentarlos para ayudar a apaciguar desasosiegos y lograr esa calma precisa para mantenerse en paz.

En Viniegra de Abajo, un pueblo que ya solo por la singular arquitectura de buena parte de su casco urbano merece más de una visita, hace ya más de un año que ha surgido una iniciativa cultural que está cambiando la percepción de lo rural. Un grupo de entusiastas, compuesto por Pablo Bernáldez, Luis Miguel San Martín y Roberto Pajares 'Pájaro', pusieron en marcha Arte VACA (Viniegra Asociación de Cultura & Arte).

Según ellos mismos han dejado reflejado, su programa consiste en «utilizar espacios rurales donde desarrollar actividades estables ligadas a la creación artística contemporánea, fundamentalmente las artes plásticas, siempre desde la economía de recursos, la sostenibilidad de las acciones, la calidad de las propuestas y el respeto al lugar».

Todo comenzó con una exposición de Patxi Gestal, 'Las horas de luz', utilizando un espacio escénico que solo lo puede aportar un entorno rural. La cuadra de la casa familiar de Bernáldez, germen de Arte VACA y eje central de las dos primeras muestras. Acorde con la prestancia de la casona, la planta baja está ocupada por los espacios en los que en otros tiempos más o menos remotos, tuvieron su habitáculo caballerías, ganado vacuno y porcino o las aves de corral.

Ahora, con esta tercera cita con el arte plástico, el espacio en el que se exponen las obras ha ido un poco más allá. No mucho, porque el lavadero de Viniegra de Abajo, rehabilitado en su momento, se encuentra a pocos metros de donde está situada la casona. En él se cuelga la obra principal de 'Fragmentos Rituales', del artista riojano Carlos Ramírez de la Concepción 'Zorromono' (Nalda, La Rioja, 1987). El resto está dispuesto por las dependencias de las cuadras.

Con ello se ha buscado, en palabras de Bernáldez, «una dialéctica entre lo privado (la casa) y lo público (el lavadero) que busca generar contrastes y conexiones por igual. Espacios vernáculos, poderosos, testigos de tareas antiguas y rituales colectivos desaparecidos, que nos hablan de nuestro pasado y que, con su presencia hierática desde el presente, parecen interpelarnos de continuo sobre nuestro plan de futuro».

La exposición permanecerá hasta el próximo 30 de mayo. Las visitas se podrán realizar los sábados y domingos de 11 a 14 horas, con entrada gratuita. Para completar esa nutrición espiritual con la que comenzábamos, además contemplar la obra, es más que recomendable adentrarse por las empedradas calles de la localidad y, sin lugar a dudas, admirar la belleza de unos parajes naturales que son de lo mejorcito que se puede contemplar en tierras riojanas.