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Viernes, 27 de noviembre 2020, 13:36
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Como una forma pacífica de canalizar y mostrar su enfado e incomprensión ante la prórroga del confinamiento perimetral y del cierre de la hostelería de Arnedo, los socios de la Asociación de Comerciantes y Hosteleros de Arnedo han acudido en el mediodía de este viernes al Ayuntamiento de la ciudad del calzado a presentar instancias con las que llevar su malestar y opinión hasta la Corporación.
Dirigidos al alcalde y al resto de concejales del Ayuntamiento, uno por uno, decenas de comerciantes y hosteleros han acudido hasta la oficina de atención al ciudadano para presentar una instancia, cada uno mostrando su sentimiento, situación y parecer. «Queremos que en el Ayuntamiento oigan nuestra voz ante la situación», explica la gerente de la Asociación, Ana Quiñones en nombre de los 120 socios.
En una larga fila a lo largo de la manzana del Consistorio en la plaza Nuestra Señora de Vico, cada hostelero y comerciante aguardaba a 2 metros para presentar su instancia. Y en las conversaciones, mucho malestar e incomprensión. «Quiero que Arnedo vuelva a ser lo que era, una ciudad generosa y especial. Hay bobos en todos los sitios. Pero no es todo Arnedo el que está causando esta situación, sólo cuatro tontos mientras la mayoría nos portamos bien», asentía Mamen, una comerciante que describe cómo los clientes no entran a su comercio al contar con la hostelería cerrada. «La hostelería no tiene la culpa… y molesta ver en todos los medios nacionales que dicen que lo estamos haciendo mal. Que digan que no todos incumplimos», insiste.
Unos metros más atrás, Sara subraya el mensaje que todos alzan: «Después de un mes cerrados, se ha demostrado que la hostelería no somos el foco de contagio». Y demanda que los suyos son locales seguros y controlados frente a los grupos de gente reunidos en la calle con los cafés para llevar. Así, todos piden que se dé más margen de flexibilidad y libertad para que los negocios puedan reabrir. «Está más que demostrado. Son necesarias otras medidas, tener la hostelería cerrada es matar moscas a cañonazos», apunta su colega Pedro. A su lado, otro hostelero pide ayudas directas para salvar los negocios.
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