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E. PASCUAL
Jueves, 19 de abril 2018, 21:25
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El agua se ha convertido en estos últimos días en la principal preocupación de los alfareños. Por un lado, el temor a que el volumen y fuerza de la crecida del río Ebro afecte a los pozos de captación y al suministro de agua potable a la localidad. Por otro, los efectos que dejó una jornada del miércoles de precipitaciones sin descanso.
En un día de lluvia constante, y por momentos con gran cuantía, los locales comerciales de la calle Araciel ubicados bajo el patio del monasterio de la Concepción sufrieron en la noche de este miércoles unas goteras y filtraciones que amenazaron con inundarlos. Con el patio de la Concepción como techo, la suciedad creó una obstrucción en una de las tuberías, provocando una rotura que dejó caer el agua sobre la entrada y en paredes de los establecimientos de esta zona comercial de la ciudad.
Por fortuna, dos días antes, y como labor preventiva ante el anuncio de lluvias, operarios del Ayuntamiento habían limpiado las canales del monasterio, una vez que es edificio municipal tras su compra -los locales forman parte del complejo del monasterio y están alquilados-. Aún así, la suciedad creó un tapón y llevó a la rotura de la cañería.
Ante esto, y de forma provisional a la espera de definir una más definitiva, operarios de la brigada municipal de obras y servicios desviaron las bajantes de las cañerías para sacar el agua fuera de las viejas tuberías, las que caen sobre los comercios de la calle Araciel, desaguando a través del patio del convento. «Hemos actuado de forma inmediata y provisional -explica la alcaldesa, Yolanda Preciado-. Y actuaremos en el patio para evitar riesgo en esos locales».
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