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ERNESTO PASCUAL
ALFARO.
Martes, 26 de diciembre 2017, 00:16
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Desde poco antes de la medianoche del domingo hasta primera hora de la tarde de ayer, un devastador fuego devoró la nave de producción de la empresa alfareña Frutas Micersa, en la que almacenaba la pera que iba a sacar a mercado en las próximas semanas y meses.
El fuego se originó en el patio exterior de las instalaciones de la empresa alrededor de las 23.30 horas y calcinó una nave de 3.000 metros cuadrados que acogía cinco cámaras frigoríficas. Cada una de estas tenía capacidad para almacenar 300.000 kilogramos de pera de la Denominación de Origen Peras de Rincón de Soto, por lo que el total de pérdidas podría rondar el millón y medio de kilos.
«No nos ha quedado nada», era la frase cargada de impotencia y rabia que repetían ayer responsables y empleados de la empresa mientras veían cómo la fuerza del fuego hacía colapsar su estructura. Sin la producción almacenada de la campaña, el futuro inmediato deja sin trabajo a una treintena de empleados de esta firma, que cuenta con más de treinta años de actividad.
Según relataron representantes de la empresa y bomberos que actuaron, el fuego se originó en unas maderas y palés apilados en una esquina del patio exterior de la empresa, ubicada en la carretera de Corella. Al calentar la pared, el fuego se contagió al interior de la nave.
Tras el aviso a SOS Rioja 112, los primeros en llegar fueron miembros de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Alfaro. Su vehículo cisterna pronto se secó ante la fuerza del fuego, mientras se movilizaron hasta el lugar dotaciones de Calahorra y Arnedo del Consorcio de Extinción de Incendios y Socorro (CEIS) de La Rioja. Dada la magnitud del incendio, solicitaron presencia y les reforzaron en las labores también Bomberos de Navarra.
Vista la voracidad del fuego, las labores se concentraron en acotarlo a la nave afectada y que no se extendiera a la principal, separada por una calle interior, y dedicada a oficinas, almacenaje y otras cámaras.
Las labores de extinción fueron arduas y complicadas, por lo que los bomberos tuvieron que equiparse de oxígeno. Y, pese a ser pasada la medianoche, contaron con la colaboración de vecinos de la zona que ayudaron a abrir una templadera de riego, montar un azud con palés de terrazos y, así, tener abastecimiento de agua para todas las mangueras. A la par, Policía Local y Guardia Civil cortaban la carretera LR-287 por el intenso humo que la cruzaba y técnicos de Iberdrola llegaban a vigilar el estado de la estación sub-eléctrica próxima.
Alrededor de las 4 de la mañana el fuego estaba confinado y rebajado. Pero el material de madera y plástico de los palés y barquilla ardía bajo las paredes y techos hundidos y se reactivó con fuerza cuatro horas más tarde, terminando de arrasar la nave.
Tras descartar la acción del helicóptero porque haría saltar fuego y pondría en peligro la otra nave, los bomberos se concentraron en enfriar la afectada y atacarlo metro a metro. A las cuatro de la tarde de ayer el fuego quedó controlado, si bien el retén de bomberos permanecía anoche operativo.
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