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Lunes, 2 de marzo 2015, 09:43
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Son tres las soluciones que manejan la Diócesis riojana y la parroquia alfareña. La primera, la que todos los vecinos han señalado siempre: levantar una falsa pared que retenga, a modo de cámara, la humedad. Su presupuesto rondaría los 1,2 millones de euros y los trabajos forrarían de nuevo el templo de andamios. Con precio parecido, una empresa de Bilbao va a probar introducir unas resinas a 15 centímetros de profundidad en las paredes que frenarían el ascenso de la humedad desde el suelo. La más barata sería la colocación del mortero de última generación, que expulsaría el salitre fuera desde los primeros metros, sin necesidad de actuar en la altura de los muros de la Colegiata.
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