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El Café Suizo cierra tras siglo y medio en Haro

El Café Suizo cierra tras siglo y medio en Haro

La cafetería, que también fue hotel, concluye una etapa en la que fue escenario de las jotas de Pepe Blanco, lugar de tertulias y bailes vermut

Cristina Valderrama

Lunes, 30 de enero 2017, 09:13

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Hay sitios que indudablemente van ligados a la historia de una ciudad. Espacios que han permanecido en el recuerdo de varias generaciones. Lugares que han visto pasar la vida, han sido testigos de los cambios y han sabido adentrarse en la memoria y en el corazón de muchas personas. Eso es lo que sucede con el Café Suizo de Haro, algo más que un café.

Fue en la época de crecimiento de Haro, a finales del siglo XIX cuando Mariano Salamanca inauguró el edificio. Eran los años de la llegada del ferrocarril, de la creación de las bodegas, de la apertura del Banco de España. Años en los que Haro fue labrando una historia que tiene marcada en sus genes.

El edificio se dividió en dos negocios, como recuerda el desaparecido Alfonso Verde en la historia documentada que legó a su hasta ahora propietario, Julio Gallo. La parte de abajo se abrió como Café Suizo en 1870 y el resto del edificio fue un hotel, uno de esos hoteles que se ganaron su prestigio. Como reza en los anuncios, por aquel entonces ya contaba con cuarto de baño, calefacción y agua caliente y fría en todas las habitaciones. La historia del hotel no fue muy extensa, pero sí la del café.

Alfonso Groh aparece como su primer propietario. Después lo regentaría su viuda. Y en 1938 pasaría a la familia Terrazas. Valentín terrazas nombró a la familia de Manuel Luco como encargados y en 1946 el propio Valentín y su hija Elisa se pondrían al frente del Suizo.

Fueron años de esplendor. El Suizo era lugar de tertulias políticas, donde se sentaba la sociedad jarrera a hablar de esto y de aquello. Años en los que las mujeres lucían sus mejores trajes y los hombres también para acudir a los bailes vermut que tanta fama le dieron.

Y también, según relataba Alfonso Verde, se celebraron grande banquetes nupciales. Los Gómez-Cruzado, la familia Pisón o los Castillo -Santamaría son algunos de los nombres que figuran en el dietario que se conservaba del café.

Verde recuerda que entre los años 20 y 50 el Café Suizo marcó un estilo en el norte de España. Este tipo de cafés fueron abriéndose a finales del XIX por la compañía suiza Matossi, pero pocos quedan abiertos en la actualidad. Fueron años en los que la música la ponía la Orquesta Gascón de Nájera y dicen también que fue uno de los primeros escenarios de Pepe Blanco, el afamado jotero logroñés.

El siglo XXI se estrenaba con un traspaso del local de manos de Elisa Terrazas a Julio Gallo, su propietario hasta ahora. Han sido años en los que la familia Gallo ha sabido mantener y conservar el estilo de un café que ha sido santo y seña de la ciudad jarrera. Y será el próximo 13 de febrero cuando eche el cierre de una etapa después de casi 150 años.

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