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PABLO JOSÉ PÉREZ
Viernes, 31 de julio 2015, 22:44
canillas de río tuerto. Guillermo Martínez Ortega es la persona que ha promovido la candidatura de Canillas para participar en el concurso 'Mi pueblo es el mejor'. El impulsor de la idea es, además, el alcalde del municipio y un buen conocedor de una localidad que sorprende muy positivamente a quienes la visitan.
Economía
Agricultura Económicamente, el pueblo, ubicado entre las comarcas de Nájera y Santo Domingo, vive de la patata, el cereal y el viñedo. No cuenta con bodegas, salvo algunas particulares.
Patrimonio
Edificios Palacio de los Manso de Zúñiga, que se acondicionó como centro de formación de la Fundación San Millán pero que tiene un uso escaso.
Fuente Garganchona Es una fuente surgente de la que mana agua de manantial, que destaca por su baja temperatura.
Sudario Se conserva en el retablo central, enmarcado. Estuvo en contacto con el sudario de la catedral de Oviedo.
Proyectos
Agua El Ayuntamiento de Canillas tiene previsto resolver en esta legislatura los problemas de abastecimiento del agua.
Recuperación de patrimonio Se quiere poner en valor un lavadero antiguo que aún se utiliza y una noria, una de las pocas que se mantienen en La Rioja
Personajes históricos
Familia Manso de Zúñiga Es una antigua y noble familia que ha dado nombres importantes en la milicia, la vida monacal y la religiosa. Esta familia cedió a la localidad el palacio y una parte de los terrenos se conviertieron en pequeños huertos para los vecinos, que aún los cultivan.
«Es un pueblo pequeñito, con muy buen ambiente, mucha calidad en su naturaleza, monumentos e historia», comienza diciendo. «Aunque somos pocos, los unos ayudan a los otros; somos un pueblo muy bien avenido», añade Guillermo, quien responde a nuestro diario acompañado por su mujer y por el exalcalde Rubén Mahave.
Canillas es de esos pueblos que se han transformado de arriba abajo en los últimos años. Así lo corrobora Mahave: «Se ha renovado mucho, especialmente la plaza. Lo que siento es que se perdiera aquel pilón que hubo y la fuente, que se quitaron». Pero no faltan proyectos para seguir mejorando la calidad de vida en este pueblo: «El principal problema que tenemos es de agua, que estamos en vías de arreglarlo. Después nos hemos propuesto mantener el entorno del pueblo, que tienen muchos recuerdos para la gente, como la noria. También rehabilitaremos el lavadero, que aún hay gente que lo utiliza».
La riqueza de este pueblo está en el campo, en la patata, el cereal y el viñedo, «aunque bodegas solo tenemos particulares, pero la gente las está arreglando». Se ubican en una calle «muy bonita que hemos arreglado», pero mantienen su aire rústico», cuenta Martínez Ortega.
En cuanto al patrimonio, sobresale el enorme palacio de los manso de Zúñiga, que es actualmente centro de actividades de la Fundación San Millán de la Cogolla. Sin embargo, el alcalde muestra su pesar «porque no se le está sacando el partido que se le podría sacar». Se refiere a la programación de cursos y a una mayor ocupación «porque toda la parte del edificio son habitaciones que se podrían usar muy bien». «Tu te fijas en invierno y ves salir humo de las calderas de la calefacción por la chimenea. ¡Y no hay nadie!», lamenta el alcalde, aunque está muy agradecido de que le permitan hacer actividades en la plaza y en el interior. Este palacio es una de las evidencias del pasado de personajes ilustres nacidos o relacionados con este pueblo.
El estudioso de los temas de Canillas, José Herrera Viesga, destaca del pasado local los nombres de numerosos personajes, como la familia Manso de Zúñiga, con una larga lista de renombrados obispos y militares, así como abadesas de Cañas y hasta la actual regente del monasterio de Las Huelgas, de Burgos, la madre Mercedes Amutio.
Charo Hernando Manzanares cuenta por otro lado que una de las riquezas de Canillas «es el sudario que se conserva en la iglesia, que tuvo contacto con el que hay en Oviedo, o la pila bautismal románica, un relicario clasicista de Tomás de Manrique». También se refiere a la Fuente Garganchona, una fuente de sugerencia de manantial, que está recientemente rehabilitada. Esta fuente era un símbolo para el pueblo, ya que está en las eras y saciaba la sed de los agricultores. «Salía tan fría que se llevaba a casa para enfriar el agua y el vino», cuenta Herrera.
Junto a estos valores, en el pueblo se valora que se encuentre la localidad tan bien situada entre Logroño, Ezcaray y Haro, lo que facilita el que puedan llegar turistas y que además disfruten del restaurante, el único de la localidad, que nació con vocación de casa rural para serlo en el futuro. También destaca el edificio del Ayuntamiento, pequeño, pero que destaca, sobre todo, en la diversidad de libros de arquitectura.
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