El pueblo cien

La Rioja tiene 174 municipios. Abundan los pueblos pequeños, incluso minúsculos, que mantienen con orgullo sus ayuntamientos pero que han sido víctimas de un pavoroso éxodo rural. En la serie La Rioja de cabo a rabo, el fotógrafo Justo Rodríguez y yo vamos descubriendo que los censos nunca son fiables y que el número de personas que dicen residir en un pueblo no se corresponde con el número de personas que efectivamente residen en ese pueblo. Hay motivos sentimentales, impositivos e incluso políticos en esta disparidad de cifras, pero aun así los datos generales resultan elocuentes: 57 pueblos tienen menos de cien habitantes; 143 (el 81%) no superan el millar.

Ahora que nuestro viaje por La Rioja encara su recta final (acabaremos, si nada se tuerce, allá por noviembre), sentimos a la tentación de recapitular e incluso de enumerar las fronteras invisibles por las que vamos pasando. Al echar la vista atrás, encontramos que ya hemos superado un mojón importante: el pueblo número cien. Los lectores más conspicuos recordarán que, en enero de 2014, trazamos una línea imaginaria entre Alfaro y Foncea, en torno a la cual hemos ido distribuyendo los 174 pueblos de La Rioja. Fue, desde luego, una decisión arbitraria, pero útil para ir manteniendo una cierta coherencia geográfica en una región que, aunque pequeña, encierra una importante diversidad. El número cien lo recorrimos a principios de verano. Fue Arenzana de Abajo y el reportaje salió publicado el día 6 de julio.

La elección pudo ser caprichosa, pero en absoluto equivocada. Arenzana de Abajo representa bien el pueblo medio riojano. Acostado sobre una tierra fértil, a orillas de un río (el Najerilla), escaso de población (264 habitantes), con un barrio de bodegas y una alegre sucesión de huertas, con mucho viñedo y algo de cereal. Tiene además edificios curiosos, como la casa de la inquisición, una villa de aire quijotesco, e incluso un evocador puente de hierro al que ya nos hemos referido en capítulos anteriores. Hasta en su cementerio encontramos algunas enigmáticas sepulturas que nos dieron qué pensar. Hay en Arenzana de Abajo, como ven en estas magníficas fotografías de Justo Rodríguez, algo más que un belén mecánico que todas las Navidades sale en los noticieros.

(*) El próximo fin de semana, la serie La Rioja de cabo a rabo, que durante el verano solo se ha publicado los domingos, recupera su velocidad de crucero con dos reportajes semanales: el sábado 6 visitamos Villar de Torre, Cañas y Canillas de Río Tuerto y el domingo 7 recorremos Alesanco, Torrecilla sobre Alesanco y Cordovín.