Secciones
Servicios
Destacamos
D.M.A.
Lunes, 25 de agosto 2014, 22:55
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Las calceatenses Anuncia Ceniceros, Angelines Hernando, María Jesús Santos, Pili García y Loli Corral cocinaron ayer con mimo y esmero las cerca de 300 raciones de caparrones que se sirvieron en la Cruz de los Valientes, un punto intermedio entre Santo Domingo de la Calzada y Grañón que sirve cada año para conmemorar la leyenda que otrora enfrentó a los dos municipios vecinos pero que hoy los hermana. El acto, que es festivo y supone una alegría por poder comer en familia, entre amigos o vecinos, en un paraje singular en medio del Camino de Santiago, tuvo ayer, en cambio, un matiz triste. La ausencia de Mario Mendiola.
Francisco Javier Díez Morrás, en nombre de la asociación Ayuela, organizadora del evento junto a los Amigos de Carrasquedo, tuvo unas palabras de recuerdo para este entrañable calceatense. Y es que, tal y como recordó, esta tradición se debe, en buena parte, a Mendiola, que hace años construyó una cruz 'casera' con dos vigas de madera que le cedió un vecino de Grañón, residente en Quintanar de Rioja. La reforma de la carretera N-120 hizo desaparecer aquella entrañable cruz, pero no la costumbre de reunirse allí cada mes de agosto para unir a los vecinos de Santo Domingo y Grañón.
«Mario fue el verdadero artífice, por parte de los calceatenses, y lo vecinos de Grañón se lo agradecieron el año pasado, cuando fue aquí homenajeado», destacó Díez Morrás, «si algo recordamos de Mario es que era una persona afable».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.