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Samara Weaving, en 'Noche de bodas'.

Samara Weaving, una riot girl en potencia

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La actriz Samara Weaving se ha especializado en papeles de chica guerrera, como bien demuestra en 'Noche de bodas', disponible en la cartelera, o en 'Guns Akimbo', vista en el festival de Sitges

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Viernes, 18 de octubre 2019

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Hubo un tiempo en el cual se llevaba utilizar la etiqueta scream queen, otro anglicismo más en el vocabulario cinéfilo, a la hora de poner en valor el trabajo de algunas actrices en el ámbito del cine de terror. Mujeres que escapaban del psicópata de turno, corriendo como locas a voz en grito, no siempre librándose del matarife. Eran reinas de la gran pantalla sangrienta, desde Jamie Lee Curtis en 'Halloween' a talentos underground como Linnea Quigley, vista en maravillas de serie Z como 'Creepozoides'. Sin embargo, a día de hoy, las dos palabras en inglés mentadas han dejado de tener mucho sentido porque las reinas del grito son más bien riot queens. Han pasado de víctima a verdugo, revolucionando el género. Propuestas como 'Tú eres el siguiente', 'Revenge', la saga 'I Spit on Your Grave', basada en el clásico de culto, 'Amor carnal' o 'Final Girl' han terminado de cuestionar el rol de chica inocente convertida en mártir, mutilada por una motosierra o un hacha debocada.

'Noche de bodas', estrenada la semana pasada y vista con antelación en el festival de Sitges, ha situado en el primer puesto de riot girl del momento a Samara Weaving (Adelaida, Australia, 1992), una actriz todoterreno que ya lleva varios títulos a sus espaldas con una masacre de por medio de la que se libra gracias a su astucia y saber pegar. Confundida en ocasiones con Margot Robbie por su físico, ya sabemos lo que nos gusta a los humanos jugar a los parecidos razonables, la sobrina de Hugo Weaving, el malo de 'Matrix', sabe defenderse por si sola, dentro y fuera de la pantalla, como bien ha demostrado en series a tener en cuenta como 'El misterio en Hanging Rock', disponible en Filmin, inspirada en la obra magna de Peter Weir, o 'SMILF' (dos temporadas en Movistar). Se dejó ver en la estupenda 'Tres anuncios en las afueras' en 2017, pero llamó la atención de los aficionados al género gracias a su intervención el mismo año en la despendolada 'Mayhem', un relato macabro de supervivencia donde el humor negro y la acción se fusionaban con algarabía. Un edificio en cuarentena, una epidemia letal y un despacho de abogados al rojo vivo.

Samara Weaving, en 'The Babysitter'.
Samara Weaving, en 'The Babysitter'.

La comedia negra va en el ADN de Samara Weaving, protagonista de un título de Netflix que abrió las puertas a otras producciones posteriores con espíritu de serie B. En 'The Babysitter', también de 2017, un chaval descubre que su niñera, elemento recurrente en las historias horripilantes, se entrega a un ritual satánico todas las noches cuando está dormido. El beso congelado en un frame entre Bella Thome ('Scream', la serie) y Weaving, presente también en 'Monster Trucks' en la misma temporada cinematográfica, ruló por internet como genial maniobra publicitaria. McG, responsable de una cansina estética videoclipera, firmaba un producto de rápido consumo, pensado para la audiencia juvenil, sin más pretensiones, tan directo como olvidable una vez terminados los créditos finales. Terror teenager, con unos agradecidos 85 minutos de duración. Samara se luce igualmente.

La reina de Sitges

Samara Weaving se convirtió en la reina absoluta del reciente festival de Sitges, protagonizando dos películas plagadas de acción con un delicioso y retorcido sentido del humor. Por un lado, la ya mencionada 'Noche de bodas' (Tyler Gillett, Matt Bettinelli-Olpin, 2019), donde encarna el papel de una esposa feliz que ve truncado su matrimonio recién estrenado cuando tiene que participar en un ritual familiar que deriva en un baño de hemoglobina. Su esposo y allegados, ricos a rabiar, no aceptan en su clan a nadie que no cumpla con una curiosa regla. La avispada protagonista se convierte en la presa de una caza muy especial. Irreverente por momentos, aunque no exprime al máximo el famoso lema eat the rich, goza de un ritmo endiablado, con algunos giros gore desternillantes, detalle a agradecer en una producción de estas características, cercana al blockbuster. Un recomendable show de gran guiñol que hace un buen doble programa con 'Mayhem' y una excelente triple sesión con  'Guns Akimbo', un videojuego en live action cargado de ultraviolencia desatada. Muere hasta el apuntador (hay que reivindicar esta frase).

Un fotograma de 'Noche de bodas'.
Un fotograma de 'Noche de bodas'.

'Guns Akimbo' también pudo verse en Sitges, donde fue aplaudida a rabiar. Weaving reparte estopa, metralleta en ristre, junto a Daniel Radcliffe, en una suerte de Harry Potter puesto de monguis meets 'Tetsuo'. Tiene altibajos, inevitablemente, pero es una fiesta hardboiled recomendaba para mentes desprejuiciadas. Dirige Jason Lei Howden, artífice de 'Deathgasm', que aquí ha contado con un presupuesto mayor que funde en escenas de acción desbordantes, con un villano top y mucho humor escatológico. No inventa nada nuevo, enseguida viene a la mente una cult-movie como 'Crank', pero el resultado es tan excesivo que no da tiempo a preguntarse qué está pasando mientras se disfruta de la orgía de tiros y bandazos. La excusa para abrir las puertas al apocalipsis sanguinolento es una competición transmitida online que reúne a diferentes personajes que deben matarse entre ellos hasta que solamente quede uno. Nada que no suene a otra cosa, con una dosis de locura mayor de lo habitual en este tipo de productos.

Weaving, de excéntrica filmografía, volverá a darle al gatillo en 'Snake Eyes', un spin-off de 'G.I. Joe' donde interpreta el papel de Scarlett, una experta en artes marciales y armas de fuego a quien ya encarnó Rachel Nichols en la primera entrega de la adaptación de los famosos action-hero de juguete. Compartirá escena con Úrsula Corberó. La actriz española cultiva ya una carrera internacional gracias al éxito desproporcionado de 'La casa de papel'.

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