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El actor Sam Neill ha presentado en el Zinemaldia 'La decisión'. Efe
Sam Neil en el Festival de San Sebastiánl: «Ni la el Estado ni la Iglesia deben decidir sobre nuestra muerte»

Sam Neill: «Ni el Estado ni la Iglesia deben decidir sobre nuestra muerte»

El actor de 'Parque Jurásico' inaugura la sección oficial con 'La decisión', un drama sobre la eutanasia en el que una madre encarnada por Susan Sarandon comunica a los suyos que quiere morir

Oskar Belategui

San Sebastián

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Viernes, 20 de septiembre 2019

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A veces, las estrellas sorprenden para bien. Si Kristen Stewart ha conquistado San Sebastián con su entrega en las entrevistas y un discurso comprometido, Sam Neill ha resultado ser un tipo encantador que mantiene su apostura a sus 72 increíbles años. Los 90 fueron la década de gloria de este neozelandés nacido en Irlanda con títulos como 'La caza del Octubre Rojo', 'El piano' y, sobre todo, 'Parque Jurásico', en la que encarnaba al paleontólogo Alan Grant. De charla con EL CORREO, sonríe cuando se le pregunta qué significa el taquillero filme de Spielberg en su carrera y si repetirá el papel en alguna de las secuelas que se preparan. «'Parque Jurásico' fue una gran experiencia, muy divertida. La respuesta a la segunda pregunta es que no tengo respuesta…».

Neill ha inaugurado la sección oficial del Zinemaldia con 'La decisión', un drama en el que una madre aquejada de una enfermedad degenerativa (Susan Sarandon) reúne a toda su familia para comunicarles que no quiere seguir viviendo. Esto destapará las ocultas rencillas familiares, pero también el amor que sus dos hijas (Kate Winslet y Mia Wasikowska) sienten por su ella. Roger Mitchell, director de 'Notting Hill' y 'Le week-end', dirige este remake del filme del danés Bille August 'Corazón silencioso', sustituyendo la pesadumbre bergmaniana por la alegría de vivir.

«La película no hace un llamamiento a favor de la eutanasia, muestra una situación pero no toma una postura», remarca Neill, que encarna al marido de la protagonista. «No adopta un punto de vista, es el espectador el que tiene que decidir. La película no es realmente sobre la eutanasia, trata más sobre la vida que sobre la muerte. Todos nos merecemos que exista una legislación precisa al respecto».

El actor entiende que no a todo el mundo le guste que se hable y se regule la muerte digna. «Personalmente creo que la forma en que tú decides morir no tiene nada que ver con lo que decida el Estado ni con lo que diga la Iglesia ni nadie. Es una elección personal. Y es cruel insistir en que las personas mueran sufriendo y con dolor». Neill no vio el filme original para no sentirse influido. «Pensé que había que empezar de nuevo. Quizá cuando pase un año pueda verlo, aún no estoy preparado». Padre de dos hijos, suspira cuando se le pregunta cómo se enfrenta uno a un cataclismo como el de la película. «Sería extremadamente duro, cualquier muerte en una familia es difícil… Yo viví la muerte de mi padre a causa del cáncer, un proceso lento y doloroso, pero también ocurrieron muchas cosas divertidas».

'La decisión' viene a demostrar que la familia es una fuente universal de conflictos, algo con lo que su protagonista está de acuerdo. «La familia representa el hogar, y no hay nada que lo sustituya», establece. «Si al morir puedes decir que has tenido éxito en tu vida familiar habrás logrado muchísimo. Eso, sí, ninguna familia es perfecta. Creces peleándote con tus hermanos y te mueres igual. Pero no hay ninguna relación que se la parezca».

Activista medioambiental, socio de Greenpeace y Oxfam, Sam Neill lleva más de veinticinco años produciendo alguno de los mejores vinos de Nueva Zelanda. «Un pinot noir de clima frío, el vino más difícil de hacer del mundo pero el que te da más recompensas», se ufana. «Son viñedos orgánicos y casi todo el proceso se hace a mano. Nuestros héroes a los que miramos están en la Borgoña».

¿Le produce más satisfacción una buena cosecha en su bodega 'Two Paddocks' que una buena película? «Ambas cosas me llenan, son dos mundos completamente distintos y he tenido la suerte de disfrutar de éxito en ambos», responde diplomático, antes de explicar su afición a tuitear selfies con animales de su granja bautizados con nombres de colegas de Hollywood: la oveja Susan Sarandon, la gallina Meryl Streep… «Si a uno de los cerdos le doy el nombre de un amigo no sabe si es algo bueno o le estoy insultando. Lo importante es que no te puedes comer un pollo que se llame Cate Blanchett…».

Sam Neill en uno de los selfies con los animales de su granja que acostumbra a tuitear.
Sam Neill en uno de los selfies con los animales de su granja que acostumbra a tuitear.

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