Los amantes del cine basura tienen su cita en Madrid

El público que acude a CutreCon no es masoquista, aunque para reír hay que sufrir. Quienes gustan de planos hilarantes que nacen de mentes disparatadas tienen que tragarse en ocasiones un tostón de cuidado que dura hora y media. Noventa minutos de sopor para carcajearse un momento. El espíritu que inspira a 'la secta de los cutrecones' es el mismo que retrató James Franco en 'Disaster Artist', un filme que recrea las vicisitudes que acompañaron el rodaje de una de las peores películas de la humanidad. Se trata, claro está, de 'The Room', quintaesencia del desatino.

En esta ocasión, CutreCon ha elegido como 'leitmotiv' las películas de monos, desde remedos infames de 'King Kong' a plagios de Tarzán que rozan lo punitivo, producciones que siempre, según el director del festival, Carlos Palencia, son «sinónimo de diversión».

Quienes piensen que los amantes del cine chungo son unos indocumentados en materia cinematográfica yerran por completo. «Son gentes que han consumido tanto cine a lo largo de su vida que se han dado cuenta de que este tipo de películas también tienen su aquel y se puede aprender de ellas», dice Palencia, quien destaca que los asistentes a las proyecciones suelen tener entre 25 y 40 años.

A CutreCon se va con el ánimo predispuesto al cachondeo. La organización no solo es permisiva, sino que alienta la catarsis y el comportamiento gamberro. El silencio que preside las salas de cine aquí es algo desconocido. Está permitido hacer chistes, aplaudir y cantar. Todo vale con tal de pasar un buen rato. «En algunas proyecciones regalamos objetos para lanzar a la pantalla: cucharas, aviones de papel y cosas así que no hagan daño. Una vez, durante la exhibición de una película mexicana, trajimos a una banda de mariachis; otro año invitamos a deportistas de lucha libre que empezaron a pegarse entre las butacas», señala Palencia.

En el 'ranking' de las insensateces del celuloide existen verdaderos tesoros. Hay una versión turca de 'Star Wars' tan mala que parece rodada en un descampado. La peli es un atentado al buen gusto. Y para colmo el director de este truño es todo un pirata. El realizador se apropia con todo descaro de las imágenes originales de la saga creada por George Lucas, hace una birria de copia y pega, entrevera los fotogramas con música de Indiana Jones y se queda tan ancho.

Otra película de culto entre las gente del mundillo es 'Birdemic', una adaptación de 'Los pájaros' de Alfred Hitchcock que dejaría patidifuso al mago del suspense. Dirigida por el asiático-americano James Nguyen, los pajarracos, que se asemejan más a un 'gif' que a otra cosa, se hicieron con ordenador en una empresa de efectos especiales de Galicia. «El sonido es pésimo. Solo falta oír decir al director 'corten, siguiente toma'».

España puede competir con orgullo en la carrera del cine basura. Pocos saben que Mariano Ozores fue un pionero. Dirigió 'Veredicto implacable', una película de artes marciales que rodó en un gimnasio madrileño que estaba debajo de su casa. «Vio que los ninjas lo estaban petando, así que contrató a Jesús Puente y a varios karatecas. Es un desastre absoluto».

Una de las estrellas invitadas al certamen es Robert Bronzi, un húngaro que se gana el pan dando vida a Charles Bronson, con quien tiene un parecido asombroso. Bronzi fue descubierto por René Perez cuando este buscaba localizaciones en Tabernas (Almería) para rodar un western.

Paco Fox, miembro de la organización y director junto a Miguel Ángel Viruete de 'Cine basura: la película', distingue entre los trabajos hechos con poco dinero y los que, aun siendo pródigos en recursos económicos, son un desaguisado sin paliativos: «Una cosa es el cine que se hace con escasos medios y no se toma a sí mismo muy en serio, lo cual permite al director hacer locuras, y otra el cine malo, ese que intenta hacer una maravilla y lo que sale es una basura».

En la última categoría se encuentran 'Campo de batalla: la Tierra' y 'Batman y Robin'. Ambas eran superproducciones que acabaron siendo un fiasco. Por algo la primera cosechó el dudoso honor de recibir en 2009 el Premio Razzie, galardón que la convierte en la peor película de la década.

Paco Fox recuerda joyas sublimes. Le maravilla una versión de 'King Kong' en la que el gorila ataca a los helicópteros y les hace un corte de mangas con peineta. «El objetivo del festival es echarse una risas y descubrir escenas que tienen soluciones narrativas muy alocadas, que se no se ven en ningún otro sitio. El director, ya sea por inexperiencia o por la rareza de su pensamiento, te coge con el pie torcido y acabas descojonado».

El festival del cine casposo celebra hoy un hito memorable. Será homenajeado Pedro Temboury, director de 'Karate en Torremolinos', en reconocimiento a toda su carrera, circunstancia que le hace merecedor del Premio Jess Franco, recordado cineasta que llegó a filmar unas 200 películas.