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EFE
MADRID.
Martes, 18 de febrero 2020, 12:01
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El movimiento encabezado por las principales organizaciones agrarias (Asaja, COAG y UPA), calificó de «éxito rotundo» las movilizaciones tras concentrar en los últimos días a cerca de 35.000 personas en puntos de siete comunidades autónomas: Galicia, Aragón, País Vasco, La Rioja, Andalucía, Castilla y León y Extremadura. Los convocantes de la protesta, bajo el lema 'Agricultores al límite', consideraron que este «clamor» no puede «ser ignorado» y avanzaron que esta semana habrá manifestaciones en las provincias de Santander, Toledo y Madrid; y la próxima será el turno de Córdoba, Málaga y Granada.
Detrás de la indignación que recorre el campo se encuentra la falta de rentabilidad de muchas explotaciones, víctimas de una 'tormenta perfecta' que entremezcla los bajos precios, la aprobación de aranceles en Estados Unidos que afectan a productos agroalimentarios españoles y el incremento de los costes de producción, entre otros factores.
La principal queja pasa por los precios, ya que los agricultores denuncian cobrar un valor ínfimo en comparación con el que el consumidor paga en el supermercado, reflejo de los «desequilibrios» de la cadena agroalimentaria. Ocurre con las patatas, que se pagan hasta ocho veces más caras de lo que recibe el agricultor (de 15 céntimos a 1,2 euros el kilo); las naranjas, que multiplican por siete su valor (de 23 céntimos a 1,55 euros); o el pollo, que triplica su precio (de 82 céntimos a 2,82 euros).
Además de estas protestas, en torno a 300 apicultores se desplazaron hasta Madrid para protagonizar una marcha en la que criticaron la reducción de la población de abejas, instando a que el etiquetado de la miel incluya el origen del producto para contrarrestar la «competencia desleal» de otros países.
Desde el Ejecutivo, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se mostró conciliador al calificar de «legítima» la protesta y abogó por mejorar la Ley de la Cadena -dirigida precisamente a evitar los desequilibrios entre agricultores, industria y supermercados-, a la vez que defiende una mejor organización del sector para ganar peso en las negociaciones.
Luis Planas anunció la puesta en marcha de una mesa de diálogo agrario, que arrancó en la tarde de ayer con la reunión que mantuvo en el Ministerio con representantes de ASAJA, COAG y UPA, en la que el ministro había anunciado que plantearía un programa de trabajo y un calendario de encuentros. La preocupación en el sector, según señaló el ministro, es generalizada en todos los sectores y territorios, aunque hay algunos «particularmente afectados», como el aceite de oliva, la fruta de hueso o la horticultura de invernadero.
Planas indicó que mantuvo conversaciones telefónicas con el ministro francés y la ministra alemana en la materia para compartir los enfoques, porque los problemas del sector primario necesitan soluciones «a nivel europeo y a nivel español».
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