El billete del autobús urbano sube 10 céntimos y el bono, 67 céntimos
Los precios se mantienen congelados para jubilados, discapacitados, estudiantes de Logroño y menores de 8 años
JAVIER CAMPOS
Martes, 7 de agosto 2012, 16:47
El Ayuntamiento de Logroño ha detallado hoy las "medidas correctoras urgentes" para hacer frente a la "situación de insostenibilidad" del transporte urbano denunciada durante la pasada semana al tener que hacer frente a una deuda de 1,46 millones de euros con la concesionaria 'heredada' de la anterior corporación.
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Incremento "contenido" de tarifas y ajuste "coordinado" en los servicios han sido las recetas propuestas por el concejal de Movilidad, Ángel Sáinz Yangüela, que serán aprobadas este mismo miércoles por la Junta de Gobierno Local y que supondrán un "ajuste" de 900.000 euros.
Así, el billete de autobús urbano subirá de 0,60 a 070 euros y el bono, de 4,52 a 5,19 euros, manteniéndose para jubilados, discapacitados, estudiantes de Logroño y menores de 8 años.
Al mismo tiempo, se suprimirá la línea de La Grajera y definitivamente se hará lo mismo con la de La Portalada, que pasarán a ser asumidas por el metropolitano, que también se encargará de prestar servicio a la vecina Alberite.
El resto de líneas, con sus correspondientes frecuencias, se mantendrán sin cambios salvo los domingos, que se incrementarán de 30 minutos a una hora salvo en la línea 10 para tener cubierta la demanda del Hospital San Pedro.
Las tarifas, que será remitidas a la Comisión Regional de Precios para su aprobación definitiva, podrían entrar en vigor en el plazo de un mes y son las siguientes:
Billete sencillo: de 0,60 a 0,70 euros, un 16,67% de subida.
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Bonobús (10 viajes): de 4,52 a 5,19 euros, un 14,82% de subida.
Bonobús de estudiantes (20 viajes): de 8,32 a 9,56 euros, un 14,90% de subida.
Abono mensual: de 29 euros a 33,35 euros, un 14,84% de subida.
Bus Búho: precio único de 1 euro.
Por último, respecto a las tarifas, el concejal, basándose en el estudio de la Unidad de Movilidad, ha explicado que no incrementarlas "conllevaría necesariamente la reducción drástica de servicios, lo que afectaría a la calidad y al empleo". Estas medidas, afirmaba, hacen que el tranporte urbano "vuelva a ser sostenible".
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