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Urdiales entregó a los presidentes de las asociaciones el talón. :: E.P.
ARNEDO

Un triunfo compartido

La corrida benéfica de Diego Urdiales deja 9.179,92 euros que se entregaron a AMAC y a AECC

ERNESTO PASCUAL

Domingo, 10 de enero 2010, 02:10

«Me siento un privilegiado por haber podido ayudar a personas que lo necesitan... y espero poder hacerlo muchas veces más». Con una sonrisa y mucha emoción, el torero Diego Urdiales entregó ayer a los presidentes de las asociaciones Española Contra el Cáncer (AECC) y de Minusválidos de Arnedo y Comarca (AMAC) los beneficios de lo recaudado en la corrida goyesca que el 12 de octubre despidió la centenaria plaza de toros arnedana. «Son 9.179,92 euros para cada una... para que no riñan», bromeó Urdiales entre la sonrisa agradecida de Vico Pascual y José Antonio Sáenz de Tejada.

«En nombres de la asamblea local de la AECC, te doy nuestro agradecimiento infinito por este acto solidario y por la emocionante tarde que nos ofreciste, que fue de triunfo para tu carrera y para los que te estábamos viendo. Porque esa tarde ganamos todos», agradeció Vico Pascual garantizando que este dinero se destinará a la lucha diaria contra la enfermedad.

Por su parte, en nombre de AMAC, José Antonio Sáenz de Tejada se emocionó al agradecer el acto de entrega y generosidad de Urdiales para su gente aquella tarde. «Que te hayas metido con seis toros en una plaza para dar dinero demuestra que quieres a la gente que necesita más ayuda. Has dado tu vida por esta gente y es para que Arnedo se sienta orgulloso... ¡necesitas una calle ya!», le agradeció a Urdiales.

Además, los presidentes de las dos asociaciones beneficiadas, acompañados por los miembros de sus juntas directivas, comprometieron con Urdiales que conocerá a dónde se destinará estos respectivos 9.179,92 euros. «Cuenta con nosotros para lo que quieras», instó a Urdiales Sáenz de Tejada.

Generosidad

Y el propio torero arnedano se unió al turno de agradecimientos, expresándolo a los muchos que colaboraran para que la corrida goyesca benéfica fuera una realidad. Para que la despedida de la centenaria plaza de toros quedara en la memoria de todos los aficionados y vecinos. «Gracias a mucha gente que se ofreció generosamente a colaborar lo pude llevar a cabo», reconoció Urdiales antes de repasar uno a uno a todos los que pusieron de su parte durante esas semanas.

Desde esos sentimientos, Urdiales afirmó que «todos somos humanos» y que hubo problemas, como la venta de las tan demandadas entradas ante el aforo limitado de la plaza. En ese momento, Urdiales quiso cumplir algo que quedó pendiente aquella tarde: el reconocimiento a su maestro Antonio León. Así, le entregó una placa a su sobrino Rafael León. «Era tu maestro y tu primer seguidor. Sé que estará muy contento porque has llegado a figura y le has devuelto todo su cariño», expresó Rafael León.

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