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Charlton Heston durante el rodaje de 'El Cid' (1961). A la derecha, escenas de 'John Paul Jones' (1959), 'Rey de reyes' (1961), '55 días en Pekín' (1963), 'La caída del Imperio Romano' (1964) y 'El fabuloso mundo del circo' (1964). / AP/FILOMOTECA ESPAÑOLA/ARCHIVO
Patrimonio de cartón piedra
exposición

Patrimonio de cartón piedra

El Colegio de Arquitectos dedica una exposición a los decorados de las películas de Samuel Bronston en España

J. S.

Miércoles, 4 de noviembre 2009, 10:28

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«¿A quién pertenece Calahorra?», pregunta Rodrigo Díaz de Vivar al juez de su justa con don Martín por la posesión de la ciudad. «A Fernando y a Castilla», le contesta aquél. Es una escena de (Anthony Mann, 1961), una de las primeras producidas por Samuel Bronston en España. Sin embargo, la escena no fue rodada en la capital riojabajeña, sino más cerca de Madrid, donde el superproductor americano levantó desde el Pekín de 1902 a la Roma imperial declinante en la época en que convirtió España en plató cinematográfico.

La exposición 'Arquitecturas de película. Construcciones efímeras. Ciudades eternas', que se inaugurará mañana en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja (COAR), recoge una selección de fotografías sobre los decorados, tanto de su construcción como de los rodajes en ellos, de las películas de Bronston de aquella época de finales de los años cincuenta y primera mitad de los sesenta. La muestra está incluida en las XV Jornadas Internacionales de Intervención en el Patrimonio Histórico, que organiza el COAR y que en esta ocasión reflexiona sobre 'Autenticidad o cinismo', tomando el cartón piedra del cine como punto de partida.

«Samuel Bronston -escribe la arquitecta Irene Fernández, comisaria de la exposición- logra moldear ideales mundos de ficción a través de majestuosos decorados, elencos estelares, un enorme cuidado en las composiciones musicales, fotografía... Ansía crear espectáculos colosales en la pantalla, rechaza de lleno las maquetas, a las que llama despectivamente 'juguetes' y exige como escenario consistentes y formidables construcciones 'de verdad'. Invierte en su departamento de arte cantidades desorbitadas: contrata a los mejores dibujantes, ambientadores, diseñadores y constructores del mundo, que estudian y analizan tanto la arquitectura como las coordenadas histórico-culturales que reproducirán para el cine».

Así nacieron los decorados para: (1959),(1961),(1961),(1963),(1964) (1964). Todas ellas películas de época producidas por Bronston y rodadas en España.

Sin necesidad de milagros, en , por ejemplo, la magia del cine bastaba para convertir el río abulense de El Fresno en el Jordán, el lago Alberche de Toledo en el mar de Galilea, el desierto almeriense de Tabernas en escenario de las tentaciones de Jesús, la localidad manchega de Manzanares en Nazaret o para rodar en Chinchón y Navacerrada (Madrid) el sermón de la montaña y el final en el Calvario...

¿El Cid en Calahorra?

De igual modo, la escena de peleando por Calahorra no está filmada en Calahorra -y eso que por proximidad geográfica no hubiera sido difícil-, sino en Belmonte (Cuenca). El castillo de la localidad (monumento nacional) fue rodado en dos de sus alzados: por la parte de atrás representa la cárcel de Calahorra; y en su parte delantera es donde se escenificó la batalla en la que el Cid y el rey Ramiro de Aragón se disputan la ciudad.

Para se emplearon muchas otras localizaciones y escenarios reales, como en el caso de y, con su famosa escena del trono en el Palacio Real de Madrid, con Bette Davis interpretando a Catalina de Rusia. Pero después Bronston, asentado ya en España, optó por reconstruir escenarios históricos a lo grande, lo que contribuiría a su ruina. Comenzó con levantando en Las Matas (Madrid) una réplica exacta de la Ciudad Prohibida a principios del siglo XX.

Pero donde definitivamente echó la casa por la ventana fue en la edificación del foro del siglo II, también en Las Matas, para , récord Guinness como el mayor decorado de la historia del cine. Fue construido en un terreno de 22,25 hectáreas, con unas medidas de 400 por 230 metros. Más de mil obreros emplearon siete meses en erigir la fachada del foro con 170.000 bloques de cemento, levantar 6.705 metros de escaleras, 601 columnas y 350 estatuas, así como 27 edificios a tamaño real.

El fracaso comercial de su última película rodada en España, -en el interior del Circo Price-, los problemas financieros y de liquidez y la falta de apoyos de socios y de la administración española, originaron que en 1972 fueran embargados, vendidos y subastados lo inmuebles y objetos personales de Bronston que dejó en España al regresar a Estados Unidos.

Aquel patrimonio de cartón piedra, erigido sólo para dar apariencia de realidad, desapareció y, sin embargo, se hizo eterno en el cine.

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