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Gedeón se aplica en tareas defensivas contra el potente ataque del CAI Aragón, ayer en el Pabellón Príncipe Felipe. /EL PERIÓDICO DE ARAGÓN
Un punto de fe
Balonmano

Un punto de fe

El Naturhouse lucha hasta el final para arrancar un punto de la cancha de uno de los grandes, con un Isaías sideral

PABLO ÁLVAREZ

Sábado, 20 de septiembre 2008, 14:04

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Un punto de querer, un punto de creer. De saber que, aunque el de enfrente sea un grande, se puede. Hay equipos que cuando van de viaje a visitar a un perro de la liga se dejan el espíritu en casa. Como si se fueran de vacaciones. Pero el Naturhouse no: los franjivino se han acostumbrado a morir luchando donde los demás se dejan ir. Ayer, esa fe y ese espíritu le dieron un empate: pocos se irán del Príncipe Felipe con algo en el bolsillo. El Naturhouse, sí.

Y eso que, tal y como empezó la primera parte, parecía que no había demasiado que hacer. El CAI Aragón exhibió esos galones que le han hecho grande en los últimos años: una gran defensa 6-0 y un ataque con muchas opciones y calidad sobrada. En realidad, no había nada que hiciera demasiado mal el Naturhouse: era que el CAI lo hacía todo mejor. Así, cuando el partido se puso 3-0, ya se veía que las cosas iban a ser complicadas. La defensa 5-1 no conseguía parar a quien más dificultades debería tener con ella: el central Dalibor Doder, que se llenó de goles en el primer cuarto de hora. Hasta cuatro.

Y cuando el Naturhouse pudo cerrar su hueco por el centro, aparecieron Zaky o Stankovic. Mucha pólvora.

De ese modo, el Naturhouse se fue viendo cada vez más abajo en el marcador. Los cinco goles de diferencia se vieron en varias ocasiones de la primera mitad. Porque, encima, aunque el Naturhouse anotaba con cierta regularidad, se encontraba con un Beno Lapajne entonado. Así fue llegando el 13-8, y el 15-10.

Hubo reacción, sin embargo: una defensa algo más anticipativa, cuatro obuses seguidos de un gran Isaías Guardiola (que sentó a Belaustegi con justicia) y otros tres goles de 'Kalle' Stojanovic pusieron al Naturhouse en el partido: 15-14, a falta de poco más de dos minutos. Pero fueron dos malos minutos: si al CAI se le conceden fallos en ataque, mata al contraataque. Así llegó el 18-14 del descanso.

Pero la segunda mitad iba a ser un auténtico espectáculo. Gran balonmano, cero diferencias. El Naturhouse creyó en que podía, adelantó aún más la defensa 5-1 y se jugó el todo por el todo. El resultado fue que Doder desapareció, que de Zaky nunca más se supo, y que al CAI sólo le quedó el gran Stankovic. Con eso le valió para empatar. Pero justito.

Porque enfrente, a la hora de atacar, estaba Isaías Guardiola. Los sucesivos técnicos de este club no se han cansado de alabar las posibilidades del valenciano; seguramente se referían a esto: Isaías martirizó al CAI, y a su estela se galvanizó el Naturhouse. Pavlovic empezó a meter (y sus compañeros a vitorearle), Stojanovic seguía sin fallar, y la defensa funcionaba, incluso mejor cuando Javier Parra salió al adelantado.

Así llegó el empate final; pudo haber sido victoria, pero Stankovic hizo una de las suyas. Con 8 segundos, un jugadón llevó al penalti a Stojanovic. Y el bosnio, la verdad, no falla. Como su equipo: sobre todo si se trata de fe.

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