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Guerra sin premio
I BALONMANO I ASOBAL

Guerra sin premio

El Naturhouse presenta batalla en León, pero acaba cayendo por sus fallos en los últimos minutos

PABLO ÁLVAREZ

Jueves, 27 de marzo 2008, 09:58

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El Naturhouse volvió a perder fuera de casa, lo hizo por cuatro goles y se vuelve para Logroño sin premio. Y sin embargo, el Naturhouse hizo un auténtico partidazo. El resultado final es terriblemente engañoso: la aparición final de un genio de la portería como Daniel Saric, cuado el marcador estaba en 30-29, llevó a su equipo hasta el 33-29 final. Pero hasta que surgió Saric (a falta de dos minutos) el Naturhouse fue igual que uno de los grandes del balonmano europeo. Y a ratos, mejor.

La primera mitad fue muy buena para el Naturhouse, y para el espectador. Los dos equipos hicieron más ataque que defensa, y se vieron cosas bonitas de dos equipos con talento. Pero el mejor era el Naturhouse. Ante todo en ataque, repartiendo juego al pivote (Oneto provocó tres penaltis) y también a los extremos, con un Marne muy inteligente y un Belaustegi muy fino. El ataque riojano fue claramente superior a la defensa local, y como muestra están los 18 goles que los franjivino anotaron en esta primera parte.

Mérito añadido es que lo hicieron además, en condiciones muy complicadas. Porque el lunar estaba en defensa, donde se concedieron (o los árbitros pitaron) demasiadas exclusiones, algunas muy claras, otras no tanto. Y donde, además, la portería no funcionaba. El caso es que el Naturhouse estuvo hasta en cinco ocasiones en inferioridad durante los primeros veinte minutos. Pero hasta eso se hizo bien: los de Jota defendieron inmaculadamente en inferioridad, y sólo 'perdieron' una de esas situaciones. El principal problema era Oneto: el chileno, sin sustituto en el centro de la defensa, ya tenía dos exclusiones en el minuto 15.

Con esos mimbres, el Naturhosue aguantó en el marcador, casi siempre un gol por encima o empatando, y no se iba en el electrónico por el portero leonés Alilovic, que hizo intervenciones de gran mérito. Cuando dejó de hacerlas, el Naturhouse se despegó: 13-16 (minuto 27). La primera parte terminó con dos golazos de Diego Pérez Marne: este equipo no ha conocido un central mejor, y cuesta creer que su continuidad esté, hoy por hoy, en discusión.

Una batalla

La segunda parte iba a ser una batalla. En el campo y en la grada. Ademar salió mucho mejor en defensa, y el Naturhouse lo acusó en el inicio: no volvió a anotar con lucidez hasta que pasaron 8 minutos. Si Ademar no se fue en ese momento fue, sobre todo, por un inicio mágico de Armand Torrego, que paró 5 de los primeros 6 lanzamientos que le hicieron.

Un hombre fue clave en esta segunda mitad: Marco Antonio Oneto. Al no estar ni Romero ni Isaías, el chileno no tiene recambio en el centro de la defensa. En el minuto 38, el pivote se fue al banco tras sufrir un fuerte golpe en la rodilla. El resultado fue que el Ademar vio huecos donde antes no los había, hasta ponerse uno arriba (23-22). Oneto volvería, sin embargo, en el 46, pero iba a durar poco: lento de piernas, cometió la tercera exclusión.

El Naturhouse volvió a sufrir los problemas de casi siempre: falta de aliento en jugadores claves que han de jugar todo el encuentro. En este caso le tocó a Jon Belaustegi, que perdió acierto en ataque y piernas en defensa.

Sin embargo, el Naturhosue se mantuvo. El pabellón leonés estallo en protestas cuando los árbitros excluyeron primero a Urdiales y después a Laluska (la tercera), por protestar. Ahí perdió el Naturhouse una oportunidad, porque primero Garralda hizo un golazo, y después Pepe cometió una tonta falta en ataque contra cuatro jugadores.

Aún así, la cosa estaba ahí, hasta que llegó el 30-29. Apareció Saric para detener tres tiros seguidos de seis metros que fueron la postre, decisivos. Una lástima: otro buen día sin premio.

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