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I CALAHORRA I

Cuenta la leyenda

La tradición mantiene vivas historias como las de la Matrona, los patronos y la puerta de San Jerónimo

I. ÁLVAREZ

Jueves, 31 de enero 2008, 01:32

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Cuenta la leyenda, que hacia el año 300 D. C., dos legionarios romanos, Emeterio y Celedonio, fueron martirizados a orillas del río Cidacos. La tradición popular continúa narrando que, en ese mismo emplazamiento, se erigió la catedral de Santa María, como símbolo de veneración a estos mártires, reconocidos hoy como patronos de la capital riojabajeña. Historias o narraciones fantásticas, como la de los orígenes del templo catedralicio, brotan en torno a distintas construcciones y personajes ilustres de Calahorra. Es el caso de la

Fames Calagurritana

En el año 71 A. C, el municipio sufrió un tremendo asedio durante las guerras civiles de Roma. Los calagurritanos se defendieron hasta lo imposible e, incluso, sacrificaron a los más débiles para tener alimento.

Se dice que una mujer superviviente de aquellos acontecimientos hacía fuego por las noches en todas las cocinas de la ciudad para que el humo de las chimeneas engañara a los enemigos y les hiciera creer que todavía quedaba mucha gente con vida.

En la actualidad, el paseo del Mercadal exhibe una escultura que simboliza la lealtad y el valor de aquella mujer, que porta un brazo humano en la mano izquierda. En la derecha, debería llevar un cuchillo; sin embargo, el arma desaparece constantemente fruto de actos de vandalismo callejero.

También sobre la puerta de San Jerónimo de la catedral, datada en el siglo XVI, corre una ancestral leyenda. Hay quien asegura que el fin del mundo llegará cuando se caiga el pan que lleva el Santo que conversa con la Virgen situada en el tímpano. A veces, la 'chiquillería' ha intentado tirarle el pan con piedras, provocando el deterioro del relieve.

Otra historia curiosa y sorprendente es la conocida como 'La perra de Calahorra'. Dicen que cierta familia se trasladó a vivir a Logroño, dejando abandonada a un perra preñada.

El animal parió siete cachorros y tuvo el heroísmo de ir llevándolos uno a uno, asidos por la boca, hasta la capital riojana. De aquí, ha surgido el popular dicho 'haces más viajes que la perra de Calahorra'.

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