«Todos los jugadores creemos en Jota desde el primer momento»

El Naturhouse acaba de volver al trabajo. Con media liga por delante y otra media por detrás, hay motivos para ser optimista. O eso es lo que cree el capitán del Naturhouse, el portero Gurutz Aginagalde.

- Tras media liga ¿es este equipo lo que puede ser?

- Es un equipo muy nuevo que, como nos ha tocado todos los años, ha tenido muchos cambios; es un equipo que está en formación, y que ha tenido a bastante gente lesionada desde el principio. Creo que solamente con la recuperación y la puesta a punto de jugadores, el margen de mejora es grande. También hemos tenido entrenador nuevo, nos hemos tenido que adaptar todos un poquito, él a nosotros y nosotros a él. Creo que en la primera vuelta se han hecho cosas muy bien, y otras mal. Pero en general, el margen del equipo es grande.

- La posición de capitán supone muchas veces ser el portavoz de la plantilla ¿Cómo está el grupo?

- Está bien. Visto desde dentro, lo bueno que tiene este grupo es que se ha generado -también ayudados por cómo es el entrenador- una mentalidad de ser muy exigentes con nosotros mismos. Por eso estamos un poco molestos: en casa hemos hecho una primera vuelta increíble, estamos entre los mejores, pero nada fuera. Y eso duele mucho. Jota es un entrenador muy ambicioso, nos ha traído esa ambición de Valladolid; fue de los primeros equipos que empezó a tutear a los grandes, a salir sin miedo, cuando nadie se atrevía. Para un equipo que está aprendiendo a tener esa mentalidad, no sacar nada fuera de casa es duro. El equipo está muy bien, hay muy buena sintonía dentro, y estamos muy cómodos.

- Cuando Jota llegó a Logroño, una de las cosas que más le preocupaban era que los jugadores creyeran en él. A estas alturas de la temporada, ¿el equipo cree en el entrenador?

- En Jota creemos todos los jugadores, y cuando digo todos no es por meterlos a todos en el saco. Creemos todos, el cien por cien, y creímos en él desde el primer, segundo o tercer entrenamiento. Es un entrenador que todos los días te sorprende con muchas cosas nuevas. Para gente que llevamos muchos años, con muchos entrenadores, seguir sorprendiéndote con cosas de un entrenador es algo saludable. Jota tiene todo nuestro respeto. Ahora mismo está entre los 3 ó 4 mejores entrenadores nacionales.

- Casi todo el mundo está seguro de que sois más de lo que habéis demostrado, y os pide más. ¿Es buena esa presión para vosotros?

- Toda la presión, siempre que se asimile bien, es buena. Si la presión nos superara, no. Pero hay una serie de jugadores de calidad; además tenemos las mejores condiciones por parte de la directiva para trabajar tranquilos, solamente nos tenemos que centrar en lo deportivo. Y en ese sentido, el lugar y la situación es idónea. En cuatro o cinco años se ha pasado de jugar en Primera Nacional a estar en las zonas medias de la liga Asobal, que es mucho decir. El cambio ha sido mucho, se incorpora gente buena y se queda. Tenemos un grupo muy bueno, con jóvenes de mucho futuro en el balonmano...

- ... que ya empiezan a sonar como que interesan a los grandes

- Sí, y eso es bueno. Y luego tenemos jugadores con experiencia, que aportan muchísimo. Si le unes un entrenador exigente, que puede sacar lo máximo de cada uno... Fuera de casa te das cuenta de que a la gente le gusta lo que está pasando aquí en Logroño. Y eso es porque el club, la directiva, el entrenador... están haciendo bien las cosas.

- ¿Ese crecimiento rápido puede traer problemas? Hasta ahora nadie ha visto que le haya pasado nada malo a este equipo.

- La gente se ha acostumbrado a poner unas expectativas muy grandes. Este club ha subido escalones no de uno en uno, sino de tres en tres, y todos los años. Se han puesto objetivos que parecían utópicos dentro del balonmano, y siempre se han conseguido. La gente está acostumbrada a que el equipo esté al límite, y que se consiga siempre el objetivo. Ahora llega un momento en que la evolución es más lenta y más difícil. Eso de asentarse en la liga, sumar un paso más, acercarte arriba... hay equipos que llevan diez años intentándolo. Es muy difícil, se consigue con mucho trabajo. Ahora llegan objetivos algo más pequeños, o quizá lo parezcan visto desde fuera, pero igual de difíciles. Tenemos que ser todos conscientes de que estamos en la mejor liga del mundo, que es muy complicado, y que podemos ir paso a paso mejorando la situación, y haciendo bien las cosas. Hay mucho por hacer todavía, como crear una buena base. Pero creo que el club es consciente de los pasos que hay que dar, y nosotros estamos contentos.

- Si este equipo ha cumplido ya con su cupo de lesiones, y nadie más tiene problemas, ¿qué objetivo realista se puede marcar?

- En el balonmano es difícil hablar de objetivos a largo plazo. Hay que ir partido a partido; indudablemente lo primero es conseguir el objetivo que se ha marcado el club, que es la salvación sin agobios...

- Pero habiendo visto el juego aquí en casa, ¿no es un poco corto ese objetivo?

- Si tú planteas un objetivo como puede ser llegar a Europa, entre esos puestos y el descenso puede haber seis u ocho puntos. En Irún, el año en que me marché, a falta de cuatro jornadas nos jugábamos a vida o muerte con Almería meternos o no en problemas. Ganamos, nos tranquilizamos, luego también ganamos los tres últimos partidos de la liga, y entonces llegamos a meternos en Europa. Una vez conseguida la permanencia, puede que quede tiempo y que podamos luchar por otras cosas, como Europa. Pero si nos marcamos ese objetivo de inicio, la presión va a ser demasiado grande, y no va a ser un objetivo realista. Y eso puede generar problemas, como le pasó el año pasado al Bidasoa, que tenía un equipo para estar en Europa, y terminó descendiendo. Es más inteligente ir partido a partido, y ya veremos.