La crisis paraliza decenas de pisos con licencia municipal de obras desde hace tres años o más

Solicitaron la correspondiente licencia de obras y, una vez concedida, la crisis frustró lo que se anunciaba como una inminente promoción. De ello dan fe las promociones inmobiliarias paralizadas, inacabadas y construidas a medias cuando no el esqueleto de hormigón o simplemente el solar sin que se llegase a poner un solo ladrillo...

Decenas de viviendas que, con licencia en vigor desde hace tres o más años, siguen sin solicitar la necesaria licencia de primera ocupación que acabe tras los consiguientes trámites administrativos con la entrega de llaves. Según los datos del Ayuntamiento de Logroño facilitados por el Grupo Municipal Socialista a Diario LA RIOJA, a día de hoy más de 700 viviendas con licencia de obras concedida siguen sin finalizar, de las que casi 400 llevan en construcción desde hace más de dos años, período medio entre la concesión de la licencia de obras y la de primera ocupación -más tres que dos, según la CPAR, incluso en los años buenos-, lo que en la práctica da una idea de los problemas del sector de la construcción y la promoción inmobiliaria.

Las hay que se remontan al 2003... y de las concedidas en el 2006 y el 2007 llegan a darse renuncias incluso la caducidad de unos permisos que, según las fuentes del sector consultadas por este periódico, expiran en el plazo de un año o en el momento en que las obras se paren durante seis meses.

El descalabro del ladrillo se deja sentir por todos y cada uno de los barrios de la ciudad, si bien son el Casco Antiguo y los sectores en desarrollo de la periferia los que visibilizan y ejemplifican un fenómeno que, agravado por la crisis, no es nuevo según la Asociación de Empresarios de Construcción y Afines de La Rioja (CPAR)

El presidente de su junta directiva, Miguel Ángel Garrido, deja claro que la solicitud de licencia de obras nunca ha sido sinónimo de solicitud de licencia de primera ocupación pues, antes incluso de la crisis, no era extraño que las promociones encallasen en su proyecto original obligando a suspensiones y replanteamientos.

«El número de viviendas visadas nunca ha coincidido con el de licencias de obras ni éste con el de licencias de primera ocupación... las diferencias a la baja también han existido en los buenos tiempos, pues tampoco era raro que se solicitase licencia de obras y si la precomercialización no funcionaba según lo previsto ni siquiera se llegaba a comenzar la ejecución», explica Garrido, quien precisa que incluso la predisposición de préstamos hipotecarios iba en función de la preventa.

Desde la CPAR se insiste en que desde el 2008 la paralización del sector se produjo «de golpe», porque de lo contrario las promociones a medio terminar serían incluso más... «Pasa en todas las ciudades», sostiene. Casos como los esqueletos de hormigón que se levantan en calles como Clavijo y Daroca de Rioja, en La Cava, serían los más llamativos. Y otros como el de Unipapel, en la avenida de Burgos, con alguna de sus fases incompletas, más frecuentes de lo que se podría pensar. Otros proyectos, que se quedaron en la demolición reducidos a solares, actualmente estarían en manos de los bancos.

«La promoción inmobiliaria depende de la financiación, pues no deja de ser un negocio financiero y a día de hoy, sin crédito, ni se vende ni se construye», asegura. Sin embargo, promociones de obra nueva hay... eso sí, al ralentí. «Se contrata por partidas y es habitual que la estructura se levante en muy poco tiempo, otra cosa es el cerramiento con ladrillo 'caravista'», advierte quien sitúa la promoción en el antiguo depósito municipal de vehículos como una de las últimas grandes promociones.