«La idea era recuperar la obra de Reyes sí o sí»

Cerrada, que no abandonada; y en absoluto olvidada, sino siempre bien presente en sus pensamientos. Diario LA RIOJA localizaba ayer a los herederos de Luis Sanjuán y Antonio Villas, propietarios del número 6 de la calle Piqueras, y aclaraban el estado tanto de la fábrica como del relieve escultórico que forma parte de su fachada. «En todo momento nuestra intención fue recuperar la obra sí o sí, y así lo haremos», sentenciaban a este periódico sorprendidos de que 45 años después el primer trabajo de Félix Reyes en la capital volviese al foco de la actualidad y que hubiese sido un vecino de Cascajos el que hubiese dado la voz de alarma.

«Entendemos la preocupación inicial, pero queremos aclarar que siempre tuvimos constancia de su valor, sobre todo sentimental, y tras conocer que parte de los terrenos eran necesarios para el proyecto del soterramiento, yo mismo me puse en contacto con Félix para preguntarle sobre su anclaje y la manera de recuperar las hasta cinco piezas que conforman el relieve de manera segura y sin causar daños», informa Antonio, cuyo padre entabló amistad con el propio Reyes a través de Vicente Gallego y de ahí surgió el encargo en el 1967.

La idea de siempre tanto de Antonio como de Luis, ambos de 56 años, era reubicar el relieve. Nunca pensaron ni piensan venderlo o deshacerse de él. Incluso ya tienen un lugar previsto: la empresa de herrajes de aluminio que regenta Antonio en el polígono industrial Cantabria.

De hecho, y tal y como adelantaba ayer este periódico, ellos fueron quienes advirtieron al Ayuntamiento de Logroño de la presencia de la obra firmada por el escultor canario-riojano y el también artista local Gallego solicitando expresamente su recuperación previa a la demolición acordada mediante un convenio de ocupación de terrenos necesarios para la futura conexión viaria de las calles Piquete y Piqueras, y ellos serán quienes se encargarán de su reubicación.

Industrias Dox, dedicada a la fabricación de hebillas para correas de relojes desde 1952 en el callejón de la Intendencia, se mudaba a la calle Piqueras en la década de los 60 para cesar en su actividad entre 1972 y 1975 alquilando sus instalaciones ya en los 80 a Rivadán, empresa dedicada a los muebles y accesorios de baño. La quiebra de la misma revirtió la propiedad a Antonio y Luis, que desde entonces se han visto obligados a mantener un edificio que ha sufrido el acoso de los vándalos y varios episodios de ocupación.

Un edificio que, según aclaran, lo que incluía eran dos viviendas para los entonces propietarios que nunca fueron ocupadas... y que serán derribadas, según los planes municipales, durante el 2013 o principios del 2014.