La Plataforma de Afectados por la Hipoteca llega a La Rioja y estudia sus primeras acciones

Barcelona fue la primera ciudad en la que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) comenzó a trabajar en defensa de quienes, arrastrados por la crisis, eran incapaces de afrontar su préstamo y acababan con las maletas en la calle. Desde hace dos meses, la PAH está presente en La Rioja. Una docena de jóvenes la han puesto en marcha para tratar de asesorar, apoyar y ayudar a quienes estén en esa situación.

José Urbaneja e Irene Martínez actúan como portavoces de una plataforma que «sólo quiere evitar que la gente se quede en la calle» y para lo que ya se han puesto en contacto con partidos políticos, sindicatos y la Defensora del Pueblo.

¿Cómo se alcanza esa meta? El primer paso, apuntan, es «cambiar la regulación hipotecaria para que incluya la dación en pago y una prórroga para los casos en los que sí se pueda hacer frente a los pagos». En su argumentario inciden en las cláusulas abusivas de bancos e inmobiliarias para ligar la dación en pago y la reforma hipotecaria al derecho a la vivienda digna y a la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Con una media diaria de 200 deshaucios en España, «en La Rioja, sólo durante el primer trimestre del 2011 se han completado 157 ejecuciones», explican sobre una progresión que ya les ha permitido estudiar los primeros casos concretos.

«Tenemos varios afectados, entre ellos una mujer que fue deshauciada en febrero y con cáncer, y otro caso de una persona con esclerosis que va a ser deshauciada», relatan. Es difícil trazar un perfil concreto de quienes acuden en busca de ayuda, pero tanto Urbaneja como Martínez apuntan que «la edad suele oscilar entre los 30 y los 40 años y son, mayoritariamente, mujeres».

En su reunión de ayer, sobre la mesa hubo dos casos nuevos: la dación en pago de un piso propuesta por un miembro de la plataforma a una entidad bancaria y la amenaza de deshaucio que pesa sobre Sonia Vidorreta, que en septiembre, junto a 3 de sus 5 hijos, deberá abandonar su hogar. Llegado ese caso, la PAH estará en la puerta de su casa: «primero iremos a negociar con el banco, exigiremos a Servicios Sociales que tengan una segunda vivienda y, finalmente, de forma pacífica plantarnos en la casa para evitarlo».