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Edurne Martínez
Viernes, 29 de mayo 2015, 12:07
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La fachada es la piel de los edificios y los desarrollos tecnológicos han conseguido que se comporte como tal, no solo protegiéndolos del exterior, sino que son capaces de relacionarlos con el entorno captando energía del sol, regulando la renovación del aire y su calidad o gestionando la ventilación e intercambio de frío y calor.
Estas son algunas de los temas que se han abordado durante las tres jornadas del Congreso Internacional de Envolventes Arquitectónicas (ICAE) 2015 que se ha desarrollado en San Sebastián y que ha sido organizado por el centro de investigación aplicada Tecnalia. El Palacio de Congresos Kursaal ha sido el punto de encuentro donde se han dado a conocer las últimas tendencias del sector gracias a la participación de más de 70 expertos internacionales.
"Las fachadas inteligentes permiten ahorrar dinero a particulares y empresas porque no gastan tanta energía y suponen un mayor confort para la vivienda o edificio", explica Julen Astudillo, investigador de Construcción Sostenible de Tecnalia. El experto asegura que el sector debe ponerse a trabajar rápido en estas innovaciones porque, "según requerimientos de la Comisión Europea, todos los edificios públicos que se construyan a partir de 2020 deberán tener energía cero", es decir, que produzcan lo mismo que consuman.
"Para conseguir este reto tan exigente tiene que haber un cambio drástico en los elementos que ayudan a los edificios a producir energía, sobre todo para la fachada", destaca Astudillo. Además, aunque este requerimiento comience por los edificios públicos, seguirá por el resto, por lo que en unos años "todo el mercado tendrá que tener conocimientos sobre fachadas que aíslen más y produzcan grandes cantidades de energía por sí mismas".
Así, en el Congreso se ha debatido cómo conseguir que las fachadas de edificios públicos y privados consigan un nivel de 'energía cero': qué nuevos materiales se necesitan o qué elementos tecnológicos como chips o sensores permiten dar información al edificio para que la fachada pueda reaccionar de distintas maneras dependiendo de las condiciones externas y de lo que necesite el usuario.
Por su parte, Jesús Cerezo, arquitecto que ha participado en proyectos muy relevantes en España como el edificio La Vela de BBVA, explica que éste es un tipo de edificio que está "a la última" en tecnología. "El aspecto del ahorro energético empieza desde el proyecto, velando no solo por la sostenibilidad, sino también por el confort de los que lo habitarán", afirma Cerezo. El experto asegura que ésta es la forma de crear atmósfera con la arquitectura de ahora, con microclimas dentro de las calles que entrelazan los edificios, algo que por ahora es único en este nuevo complejo empresarial de BBVA en Madrid.
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