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Doce datos básicos para padres de niños prematuros

Doce datos básicos para padres de niños prematuros

Desde informarse con los médicos y enfermeras hasta cuidar la ropa y la postura del niño, los padres tienen una importante labor en los primeros días de vida del bebé prematuro

redacción

Martes, 21 de julio 2015, 10:00

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En España el 10% de los niños nacido son prematuros y se considera como tal a todo aquel nacido antes de la semana 37. Desde los primeros días en el hospital hasta la llegada al hogar, el nacimiento de un hijo prematuro genera incertidumbre. Para despejar las dudas y preguntas de los padres, la Federación Nacional de Asociaciones de Prematuros comparte los datos y recomendaciones más importantes en los primeros días del bebé:

1. La supervivencia de un prematuro desde las 23 o 24 semanas en adelante es viable. En cualquier caso, el médico debe informar a los padres sobre el pronóstico de su bebé y los padres pueden recurrir al médico o las enfermeras en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) para que les expliquen todo lo que necesiten saber acerca del comportamiento del niño y de los tratamientos que necesita.

2. El recién nacido prematuro presenta un aspecto frágil e inmaduro, pero a medida que vaya creciendo y aumentando su peso y su altura irá pareciéndose más a un bebé nacido a término.

3. Los padres no deben asustarse al ver a sus hijos rodeados de cables y aparatos, ya que la mayor parte de ellos lo único que hacen es ofrecer información sobre su estado a los profesionales de la UCIN. Otros son procedimientos sencillos que no causan dolor y que sirven para facilitar las funciones vitales.

4. La piel del neonato es más delicada. La capa más externa está poco desarrollada y carece de pilosidad (no tiene vello). Esa pelusa, llamada lanugo, se irá perdiendo poco a poco, pero necesita cuidados especiales (en el baño, con masajes, controlando su temperatura y cuidando su ropa).

5. El contacto piel con piel es un medio eficaz para que el bebé crezca y se desarrolle correctamente, aunque dependerá de su estado clínico y valoración médica su aplicación. Está demostrado que este «método canguro» también ayuda a crear un fuerte vínculo entre padres e hijos.

6. Los órganos vitales y sistemas de los bebés prematuros no se han desarrollado completamente antes del nacimiento, lo que puede causar diferentes problemas de salud: cardíacos, neurológicos, infecciosos o respiratorios, entre otros. Los diferentes médicos especialistas, mediante un seguimiento adecuado, irán dando pautas para el abordaje de todos ellos.

7. Es importante extremar la prevención en la época de mayor incidencia de infecciones de las vías respiratorias, de septiembre a abril, pues hasta los dos años, los prematuros son más vulnerables a los virus, principalmente los que causan las infecciones respiratorias agudas (IRAs) como la neumonía, la bronquiolitis o la gripe.

8. Debido a la inmadurez de los reflejos de succión y deglución, la nutrición en el primer día se inicia por vía intravenosa en forma de agua y glucosa. Posteriormente se aportan proteínas, grasas y vitaminas hasta que pueda comenzar a tomar alimentos por vía digestiva, a través de sondas hasta poder pasar a la succión. La leche materna es indispensable, protegiendo al bebé de las infecciones.

9. Los niños prematuros presentan algunas necesidades específicas para las cuales necesitan el apoyo de sus padres: cambios de postura para evitar las rigideces y facilitar su desarrollo motor, favorecer un entorno óptimo con un ambiente tranquilo y evitar las infecciones. Para ello, los padres deben lavarse las manos con jabón antes de entrar en contacto con su bebé, utilizar mascarilla en el caso de estar enfermos y, en ocasiones, llevar una bata especial encima de su ropa.

10. Cuando el bebé haya conseguido mantener su temperatura estable, no tener apneas o que sean muy breves, alimentarse por succión (pecho o biberón), tener un aumento de peso considerable, no necesitar oxígeno y tener un peso de entre 1.800 y 2.000 gramos podrá irse a casa y empezar su nueva vida con su familia.

11. La ropa del bebé debe ser amplia, cómoda, ligera y de algodón. No es aconsejable que las prendas tengan cordones o lazos. La ropa de cuna debe ser ligera y lavarla con jabón neutro sin añadir lejías ni aditivos. Los padres no deben abrigar en exceso a su hijo prematuro debiendo comprobar que no suda tocándole el cuello y la espalda.

12. En el hogar, ni fumar ni recibir muchas visitas. Es recomendable que la habitación del bebé tenga luz natural. Hay que ventilarla diariamente y mantener una temperatura agradable (20ºC), con cierto grado de humedad. Para seguridad del bebé, dormirá boca arriba y sin almohada en una cuna con barrotes de menos de 6 cm de distancia.

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