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Las sopas de verano, como la de tomate, el gazpacho o la de pepino, aportan un contenido hídrico del 98%.
Las consecuencias físicas de perder tan solo un 2% de agua

Las consecuencias físicas de perder tan solo un 2% de agua

Con solo perder algo más del 2% de agua, algo fácil durante la temporada más torrida del verano, el organismo ya se resiente

redacción

Miércoles, 22 de julio 2015, 10:20

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Las consecuencias de no contar con una buena hidratación no son nada desdeñables: la memoria a corto plazo disminuye, rendimos menos físicamente, las actividades intelectuales relacionadas con la atención se ven afectadas y puede hacer aparición el molesto dolor de cabeza.

Y esto, teniendo en cuenta que perder un 2% del agua del cuerpo se considera un grado de deshidratación de leve a moderado. El severo, con consecuencias muy gra- ves, se da cuando se ha perdido más del 5% del líquido del organismo.

En verano es más fácil rozar estos límites al producirse, debido al calor, una eliminación de líquidos superior a los consumidos a través del agua, resto de bebidas y alimentos.

Contenido hídrico de las bebidas

  • MUY PRÁCTICO

  • Un 100% lo encontraremos en las aguas, del grifo o embotelladas.

  • 99%, bebidas edulcoradas.

  • 98%, con zumos de frutas y edulcoradas; té y otras infusiones y café.

  • 95%, gazpacho.

  • 94%, bebidas isotónicas.

  • 91%, leche desnatada.

  • 90%, leche semidesnatada y bebidas azucaradas.

  • 88%, zumos de frutas.

Aunque estos últimos, los alimentos, también hidratan (como las saludables sopas de verano con verduras y frutas, con un alto contenido en agua), se recomienda que un 75%-80% del líquido que nuestro organismo necesita a diario provenga de las bebidas. Todas aquellas que no contienen alcohol son una fuente importante de agua.

Eso sí, no todas tienen el mismo aporte de agua como vemos en la ficha de la derecha.

Una correcta elección

Por otro lado, es recomendable leer la información nutricional de las bebidas, sobre todo la que indica la cantidad de calorías que aportan.

Existen alternativas bajas en calorías o sin ellas que permiten hidratarse sin poner en riesgo otros factores de la salud.

Hay que elegirlas, además, según el nivel de actividad física que se registre a diario y el estilo de vida que se tenga. Esto es, las bebidas con sales minerales o electrolitos son adecuadas para un esfuerzo físico superior.

La sensación de sed tampoco resulta ser una orientación efectiva para mantenerse correctamente hidratado. Es mejor siempre tener una botella de líquido a mano.

El equivalente a ocho/diez vasos de líquido al día es una buena referencia para mantener unos buenos niveles de líquido en el cuerpo.

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