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Martes, 7 de julio 2015, 11:32
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No es recomendable usar chanclas como calzado habitual, pues puede aumentar los riesgos de sufrir esguinces, dolores en el talón y arco del pie, fracturas por estrés e, incluso, provocar la aparición de juanetes, según el Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana. «Al no ofrecer un soporte adecuado al pie, hay una tendencia a curvar los dedos para sujetarlas, los paso que se dan son más pequeños y hay que realizar un esfuerzo extra al caminar que supone tensar de forma continua músculos y tendones», dicen los expertos. «Al andar con chanclas se estira la fascia plantar causando inflamación, dolor o cansancio, entre otros. Además, es peligroso utilizarlas como calzado habitual porque incrementan el riesgo de accidentes como tropiezos o enganches al subir o bajar escaleras».
Consejos de los expertos
Para evitar estos percances, las recomendaciones que hacen los podólogos a la hora de elegir este tipo de calzado son:
-Las personas con problemas de circulación y los diabéticos deben evitar el uso de chanclas porque, al tener limitada la sensibilidad en los pies, podrían provocar la aparición de dolencias graves como úlceras.
-Elegir un calzado que disponga de una suela gruesa y sujete adecuadamente el empeine y el tobillo. La suela de la chancla debe estar confeccionada en un material semirígido, grueso y de alta densidad que amortigüe los golpes de los pasos al caminar y no se doblen.
-Deben sujetar adecuadamente el empeine y el tobillo. Las chanclas comunes no llevan cambrillón (pieza que da consistencia a la suela) y esto hace que no sea un calzado estable y aumentando el riesgo de torcedura de tobillo.
-Buscar que el calzado tenga la forma ergonómica del pie para adaptarse a la pisada adecuadamente.
--El uso de chanclas debe limitarse a playas o piscinas, porque se trata de un calzado que no sujeta el pie y el riesgo de lesiones es alto, y, para compararlas, es mejor acudir a tiendas especializadas, para evitar aquellas fabricadas con materiales poco saludables o, incluso tóxicos, que pueden provocar alergias y otros problemas en la piel.
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