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Doctores Fernando Cañas, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Psiquiátrico Rodríguez Lafora (Madrid) y Jose Manuel Olivares, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital de Meixoeiro (Vigo); Maribel Rodríguez, presidenta de FEAFES Empleo; y doctor Miquel Roca, presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental.
El entorno del paciente esquizofrénico, clave para su integración

El entorno del paciente esquizofrénico, clave para su integración

Los expertos insisten en que hay que trabajar con los familiares y amigos para explicarles lo que está sucediendo y enseñarles a ayudar al paciente en momentos de crisis

redacción

Martes, 6 de octubre 2015, 08:29

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Conseguir la integración de las personas que sufren esquizofrenia y transmitir a la sociedad en qué consiste, enterrando mitos y prejuicios que hacen aún más difícil la aceptación de la enfermedad por aquellos que la padecen, son los grandes retos en Psiquiatría.

Según los expertos, uno de los factores que ayuda a moderar el estigma y a mejorar la tolerancia social parte del conocimiento de la enfermedad. En este sentido, conocer mejor la enfermedad, sus alteraciones neurobiológicas concretas y sus manifestaciones clínicas asociadas puede servir en el futuro para mejorar el abordaje de cada paciente con esquizofrenia.

Detecció y claves en el tratamiento

La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta de manera global el funcionamiento personal de quien la padece y que se considera que, en la mayoría de los casos, tiene origen en una alteración del neurodesarrollo.

Según el doctor Fernando Cañas, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Psiquiátrico Rodríguez Lafora (Madrid), «es posible que en edades tempranas ya se detecten algunas anomalías significativas, pero al ser en general poco específicas sólo cobran un valor claro al ser analizadas retrospectivamente».

Según el doctor Cañas, «cada vez hay más datos que apoyan que el pronóstico en esquizofrenia está habitualmente vinculado a la demora en la realización del diagnóstico e inicio del tratamiento adecuado». En este sentido, el experto destaca la importancia del diagnóstico precoz y el mantenimiento del tratamiento ajustado a la situación del paciente en cada momento para reducir el deterioro a medio y largo plazo que produce el trastorno. De esta manera, se puede conseguir que un porcentaje significativo de pacientes puedan mantener un nivel de funcionamiento compatible con buena calidad de vida.

Para el diagnostico de la esquizofrenia «es fundamental» obtener una buena historia biográfica del paciente y realizar una exploración mental. Sin embargo, esta valoración puede plantear un problema ante la posible falta de colaboración del paciente, ya que uno de los problemas presentes en al menos el 50% de los casos es la ausencia de conciencia de enfermedad.

Síntomas, por fases

La esquizofrenia, una enfermedad crónica y con tendencia a las recaídas, cursa con cuatro fases: la fase prodrómica, que puede durar meses o años con alteraciones en la vida intrapsíquica y en la conducta pero que no tienen una intensidad suficiente para poder hacer un diagnóstico claro; la fase activa o 'brote' en la que aparecen claramente los síntomas psicóticos; la fase de remisión-estabilización, en la que puede haber recaídas, ligadas frecuentemente a un seguimiento inadecuado del tratamiento, y la fase de defecto, con predominio de los síntomas negativos (apatía, falta de energía y motivación), afectivos y cognitivos, así como una menor relevancia de los delirios y alucinaciones.

Impacto de la enfermedad

Según el doctor Miquel Roca, presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), «la depresión, la esquizofrenia, la demencia y otros trastornos mentales constituyen más del 10% de lo que se denomina carga de las enfermedades, superando a otras como las cardiovasculares o el cáncer».

Por lo que se refiere a la repercusión en el ámbito familiar, se habla de 'carga' del cuidador de la persona afectada como una reacción emocional, psicológica, a la presión que supone la atención al familiar con enfermedad.

Para el doctor Roca, «es fundamental apostar por intervenciones psicoeducativas, facilitar información, promocionar y proteger la salud física del paciente y contar con programas de integración para garantizar su recuperación funcional».

Claves para un tratamiento eficaz

Los especialistas señalan que hay que facilitar al paciente la toma del tratamiento farmacológico, evitando prescripciones complejas que lleven a olvidos o confusiones. En este sentido, el doctor Jose Manuel Olivares, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital de Meixoeiro (Vigo), indica que «el mayor éxito terapéutico es aquel que consigue que la persona sea capaz de ser independiente, relacionarse socialmente, tener amigos, pareja, familia, trabajar, Es decir, aquello que debería estar al alcance de cualquier persona». La clave es conseguir que tanto el paciente como la familia participen activamente en el tratamiento desde el principio.

Hay muchos estudios sobre el cumplimiento del tratamiento por parte del paciente con esquizofrenia, pero el doctor Olivares confirma que «al menos el 50% de los pacientes no toma adecuadamente la medicación, siendo optimistas». No obstante, estos datos varían dependiendo de los recursos asistenciales, la facilidad de acceso al tratamiento, la implicación del equipo terapéutico, el tipo de tratamiento, el apoyo familiar y social del paciente, etc.

Pero, ¿cómo se puede facilitar la adherencia del paciente? El doctor señala que «hay que ayudarle a entender lo que le está sucediendo y de cómo el seguimiento de las terapias puede ayudarle a superar la enfermedad». Asimismo, el entorno del paciente es una pieza clave y «hay que trabajar con los familiares y amigos: explicarles lo que está sucediendo y enseñarles a ayudar al paciente en momentos de crisis, y apoyarles en momentos de frustración o cansancio».

Integración social y laboral

Las personas con enfermedad mental son las que sufren las tasas de desempleo más altas. Para ellos, encontrar trabajo es una de las mayores dificultades a las que se enfrentan los pacientes, «en parte por la competencia con otros candidatos y con el añadido del handicap del estigma y la idea equivocada que la sociedad tiene sobre las personas con trastornos mentales», explica Maribel Rodríguez, presidenta de FEAFES Empleo.

De hecho, según datos del Instituto Nacional de Estadística, la tasa de desempleo en este colectivo se sitúa en torno al 85%. Además, tardan mucho más en incorporarse al mercado de trabajo y a la búsqueda activa de empleo; así, desde que comienza la enfermedad hasta que se incorpora a itinerarios de empleo (es decir, cuando inicia a buscar empleo) transcurren una media de 8 años.

La calidad del empleo que encuentran es, casi siempre, inferior a sus conocimientos y competencias, «ya que hay más puestos de trabajo libres para tareas menos cualificadas y, casi siempre, radicadas en el sector servicios», apunta Rodríguez.

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