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Hombre se tapa la cara con las manos.
Tu cara te delata

Tu cara te delata

Los seres humanos somos capaces de expresar y reconocer más de veinte expresiones faciales que muestran emoción

Javier Varela

Sábado, 18 de abril 2015, 07:33

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Dicen que el rostro es el espejo del alma, pero ¿cuántas emociones somos capaces de expresar con nuestra cara? Ekman, en la década de los 70 del siglo XX, propuso 6 expresiones faciales básicas, que son expresadas y reconocidas universalmente (en todas las culturas) y esto ocurre ya desde los primeros meses de vida del individuo, por lo que se considera que su aprendizaje está facilitado de manera innata. "Su consideración como emociones básicas se refiriere al hecho de que la emoción que representan no puede ser dividida en categorías semánticas más pequeñas. Éstas son: asco, miedo, alegría, sorpresa, tristeza e ira, y cada una de las expresiones está asociada a una emoción en particular", señalan Francisco Mercado e Irene Peláez, investigadores del Área de Psicobiología de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).

En 2014, Du y cols. describieron un grupo de expresiones faciales diferentes a las básicas llamándolas compuestas. "Se denominan así porque surgen a través de la combinación de las expresiones básicas, por ejemplo el odio, que es una combinación del asco y la ira. En su trabajo definen 15 expresiones compuestas, dónde se sugiere que no sólo las expresiones básicas son producidas y reconocidas universalmente, sino que estas otras compuestas también podrían serlo", añaden los investigadores. Por lo tanto, según este estudio reciente, los seres humanos seríamos capaces de realizar hasta 21 emociones diferentes expresadas con el rostro.

¿Pero todos sin excepción tenemos las mismas expresiones? Se puede decir que todos los humanos tenemos la misma musculatura facial cuyos movimientos se configuran de la misma forma ante las mismas circunstancias. "Sin embargo, existe una gran variabilidad estructural en las caras, así como movimientos y percepciones, por lo que se considera que existen diferencias individuales mediadas por las diferentes características anatómicas y neurobiológicas de la persona, así como por factores socio demográficos como son el sexo, la edad y la cultura de procedencia", afirman los investigadores de la URJC.

Las expresiones faciales son la forma más natural que tenemos de expresar nuestras emociones, pero dependiendo de la persona y del carácter que tenga o incluso el entorno en el que vive puede hacerla más o menos expresiva. "Las expresiones faciales son un elemento social, su frecuencia e intensidad están mediadas por los factores de interacción con otras personas, de hecho se considera que las expresiones faciales son adaptaciones sociales, un sistema de señalamiento cooperativo que beneficia tanto a la persona que realiza la acción como al que percibe la expresión", afirman Francisco Mercado e Irene Peláez, que son contundentes al señalar que "es importante ser expresivo para que haya un mejor entendimiento con las personas que nos rodean".

"La expresividad de una persona influye en su interacción social"

Y es que nuestra cara dice mucho sobre nosotros, nuestra forma de actuar, nuestros pensamientos e incluso nuestra personalidad. "Las expresiones faciales generadas durante la interacción social se suelen considerar una señal de honestidad, de afiliación y voluntad de reciprocidad", señalan los investigadores. Unos condicionantes que toman protagonismo en el día a día porque "la expresividad de una persona influye en su interacción social". De hecho, "su expresividad tanto a nivel personal como laboral es muy importante" porque "una de las funciones más importantes de las expresiones faciales es la de poder aportar información adicional que ayude al receptor a interpretar el mensaje de la otra persona, y que además son el aspecto que más información ofrece sobre el estado emocional de las personas", insisten.

Pero como somos humanos, las expresiones de la cara también nos ayudan a engañar, por lo que no siempre las utilizamos de forma positiva. "Los seres humanos tenemos un detector de engaños bastante deficiente en lo que se refiere a las expresiones faciales, sobre todo cuando estamos tratando con extraños", afirma Francisco Mercado. Sin embargo, una persona entrenada sí puede detectar los engaños o cuando una persona miente porque "su discurso y sus expresiones faciales pueden no estar compaginadas, dado que es más fácil controlar el discurso que las expresiones, pudiéndose presentar gestos involuntarios o micro expresiones que no acompañen el discurso", añade Irene Peláez. "Estar pensando en cómo se debe actuar genera expresiones artificiales con poca emoción, que suelen tener una mayor duración que la esperada", finaliza.

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