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El cohete Vega, con el IXV a bordo.
Europa aprende a volver del espacio

Europa aprende a volver del espacio

IXV, el primer prototipo europeo de reentrada controlada en la Tierra ameriza con éxito en el Pacífico y abre las puertas a misiones más complejas

Borja Robert

Miércoles, 11 de febrero 2015, 13:14

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La Agencia Espacial Europea (ESA) ha demostrado que puede lanzar naves al espacio y traerlas de vuelta a la Tierra. El IXV, su prototipo de reentrada controlada, ha despegado de Suramérica a las 14.40 hora española y ha amerizado en la otra punta del mundo, en el Pacífico Sur, una hora y 39 minutos después (a las 15.19 horas). Hasta ahora, solo podían hacer algo así los rusos, los chinos y los estadounidenses. Cuando se trata del espacio, es más fácil irse que volver, y Europa quiere poder hacer ambas cosas sin depender de los demás.

IXV vehículo intermedio experimental, en sus siglas en inglés es una nave a medio camino entre un avión y un coche. Tiene una forma que recuerda a una aeronave pero no tiene alas. Pesa dos toneladas y se ha creado a propósito para demostrar que se puede reentrar en la atmósfera terrestre sin problemas. Aunque EE UU y Rusia lo saben hacer desde hace décadas, la ESA ha tenido que empezar de cero. "Es un reto muy complejo porque hacen falta que funcionen en conjunto muchas cosas diferentes", explica Mariella Graziano, directora de Vuelo y Espacio de GMV, una de las empresas españolas implicadas. Materiales capaces de soportar el calor de reentrar en la atmósfera, mecanismos de control que controlan la trayectoria de la nave, electrónica específica, paracaidas o sensores que permitan medir todo y aprender lo máximo de la experiencia. Casi todo en esta misión era nuevo.

Las reentradas controladas permitirán a Europa hacer misiones espaciales mucho más sofisticadas. Llevar y traer astronautas, o recuperar materiales y experimentos. Normalmente, lo que se marcha al espacio no vuelve, o se quema en la reentrada a la Tierra. Tras la prueba exitosa de IXV, el próximo reto de la ESA es probar algo similar con una nave más grande y capaz de aterrizar, como un avión, en un aeropuerto. Esto, a su vez, permitiría reutilizar equipos y reducir costes.

"El objetivo de la misión era recabar todos los datos posibles. Saber cómo funciona todo", asegura Graziano. La tecnología de los rusos, chinos y estadounidenses, asegura, es secreta. "Por motivos de seguridad nacional y también económicos". Ahora, Europa ya cuenta con una primera experiencia de los retos que supone una reentrada controlada. Conseguir que una nave pase de viajar a 27.000 kilómetros por hora a 400 kilómetros de altura hasta frenar contra el mar, en pocos minutos y en un lugar concreto, sin quemarse ni romperse por el camino.

Cinco empresas españolas han participado en esta misión experimental, que lideraba Italia. Elecnor Deimos se ha encargado del diseño, análisis y evaluación de las prestaciones de la misión incluido el cálculo de la trayectoria de reentrada, Sener ha sido responsable del sistema de guiado, navegación y control de la aeronave, GMV ha programado el software que interconecta todos los sistemas del IXV, Rymsa Espacio ha diseñado las antenas del GPS y GTD ha hecho un análisis independiente de la informática de la aeronave.

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