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Efe
Santa Cruz de Tenerife
Martes, 8 de agosto 2017, 19:17
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La Cofradía de Begoña de Bilbao iniciará el día 15 una campaña extraordinaria de recogida de donativos para ayudar a terminar el templo dedicado a la misma Virgen en Almáciga, un pueblo de Tenerife adonde llegó, en 1948, una botella lanzada al mar por unos peregrinos vizcaínos.
El objetivo inmediato de la cofradía es conseguir enviar 30.000 euros para las obras de finalización del templo, que se iniciaron en 2006, y a más largo plazo que pueda ser bendecido en 2019, en el 70 aniversario de la llegada de la botella a Almáciga, informan en un comunicado los organizadores de la campaña. La Cofradía comenzará la campaña enviando a Almáciga todos los donativos que reciba el 14 y 15 de agosto y en la Romería del 11 de octubre, además de los que se ingresen en cuenta con las palabras 'Almáciga' y 'Tenerife'.
Añade que las 30.000 estampas que la Cofradía ha impreso este año reproducen una lámina con la Virgen de Begoña enviada desde Bilbao a Almáciga en 1948 y en su reverso figura la oración en castellano, en lugar del 'Begoñako Andra Mari', para compartir las estampas con la parroquia de Almáciga.
La historia de la Virgen de Begoña de Almáciga es de una belleza casi novelesca, indica la Cofradía, pues en agosto de 1948 el bilbaíno Martín Valle, que iba con su grupo de Acción Católica a bordo de un barco en peregrinación a Santiago de Compostela, tuvo la idea de lanzar una botella al mar con un documento firmado por todos en el que se decía que "saludan a los que encuentren este mensaje y piden al Señor encontrarse en el cielo". Junto con el mensaje, introdujeron en la botella cinco estampas con la imagen de la Virgen de Begoña, patrona de la peregrinación, una por cada misterio del Rosario.
En abril de 1949 la botella arribó a la playa de Almáciga, un pequeño pueblo de gente humilde en la punta nordeste de Tenerife, una costa de una belleza agreste, donde la encontró el joven matrimonio formado por Eusebio Sosa y Benita Izquierdo que, al no saber leer, la llevaron a la maestra del pueblo, Doña Clotilde. Desde aquel momento, con sorpresa primero y emoción después, el matrimonio y la maestra se mostraron convencidos de que la llegada de la botella con su mensaje a su humilde pueblo no fue una casualidad, sino un designio divino.
Pronto se unió a ellos todo el pueblo de Almáciga, que decidieron que la Virgen de Begoña fuera su patrona, y la del equipo de fútbol local. Así, en agosto de 1949 la maestra escribió a Martín Valle y el resultado fue el inicio en Bilbao de una suscripción popular con la que se sufragó la realización de una imagen de la Virgen de Begoña con su manto.
La imagen, tras ser solemnemente bendecida, partió en barco hacia Tenerife en mayo de 1950 en loor de multitudes, como acreditan las fotos de la época, y fue recibida de igual forma en la isla hasta su llegada a Almáciga en procesión marítima, flanqueada por todos los pescadores. En Almáciga fue entronizada en una pequeña ermita pero, después de medio siglo, se comenzó a construir en 2006 un templo más grande cuyas obras avanzan a medida que se reciben donativos. La Cofradía de Begoña espera que su iniciativa tenga un importante eco en Tenerife y que su esfuerzo conjunto permita cumplir con el objetivo de un nuevo templo dedicado a la Amatxu de Begoña para 2019.
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