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Víctor Soto
Viernes, 2 de junio 2017, 13:33
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La naturaleza esconde crueldad y ternura. En este caso, las imágenes que grabó Jonathan Romero en su paseo por los alrededores de Laguna de Cameros son de una enorme ternura. Dos corcitos recién nacidos, que apenas se pueden incorporar todavía, se acurrucan bajo la lluvia. Mientras, la madre vigila desde una distancia prudencial al intruso, sin perder de vista a sus retoños. No me acerqué demasiado ni los toque para evitar que los repudiara, explica Romero. Los encontré mientras daba un paseo por el monte y parecían recién nacidos, incide este aficionado a la naturaleza.
Las imágenes recuerdan mucho a esas de Walt Disney en las que el pequeño Bambi trata de ponerse en pie mientras Tambor le anima. 75 años después de la película infantil, la escena se repite pero en un entorno real y cercano, como la sierra de Cameros. Un ejemplo de la belleza que se esconde en cualquier lugar de la comunidad.
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