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Krupnitskaya observa las esculturas del Museo Atlántico.
Un museo para que se lo coman los peces

Un museo para que se lo coman los peces

Tres centenares de figuras esculpidas por Jason deCaires Taylor lucen el proyecto de una exposición en el lecho de una bahía de Lanzarote

COLPISA

Jueves, 12 de enero 2017, 03:56

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A doce metros bajo el mar hay un museo en Lanzarote. Ellos presumen de ser el único subacuático de Europa y de complacer al mismo tiempo a los que les gustan los deportes, las artes y cuidar del medio ambiente. No obstante, no sólo los humanos podrán disfrutar de la iniciativa. Los tiburones ángel, las barracudas, sardinas, pulpos y esponjas marinas podrán colaborar en una exposición que aspira a contar con más de dos centenares de esculturas.

Lo que se ha bautizado como el Museo Atlántico se ha inaugurado con una primera fase completa. Primero fueron 60 figuras esculpidas por el británico Jason deCaires Taylor las que cohabitaron con los peces. La peculiar instalación que comenzó a recibir a los nuevos inquilinos en febrero de 2016 y ahora se ha completado con tres centenares. Durante los dos últimos años, los habituales merodeadores de las cristalinas aguas de Playa Blanca se han acostumbrado a recibir el inmobiliario y ahora recibirán a los turistas que deseen sumergirse para observar de cerca a las obras que representan a hombres de diferentes edades y sexos en diversas escenas.

«Es absolutamente precioso», reconoció la campeona del mundo de 'freediving', Mariana Krupnitskaya, quien pudo disfrutar de un 'preestreno' privilegiado. «Básicamente sientes que hay gente allí. Quieres ver sus caras, miras más allá y piensas 'no sólo estoy yo'; hay alguien más», describe la deportista rusa que se deslizó entre el arte y la naturaleza días antes de la inauguración.

El deseo de los organizadores de la 'Puerta del Atlántico' es que los turistas no sólo miren a los famosos volcanes de la isla canaria y se fijen también en lo que pueden encontrar bajo el océano. «Espero que el Museo Atlántico de Lanzarote constituya un portal hacia otro mundo y fomente un mejor entendimiento del precioso medio marino y de nuestra máxima dependencia de él», aventuró en el estreno el presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés.

En teoría, los peces y la vegetación también se beneficiarán. Se apropiarán del lugar cuando no haya visitantes al museo y lo convertirán en su hogar o lugar de paso. «El material usado para crear estas figuras no es dañino para el entorno y está pensado para crear arrecife artificial que alentará a la vida marina a establecerse y crecer en esta zona», defienden desde el museo. «Está creando un gran arrecife artificial formado por un conjunto de instalaciones escultóricas realizadas en hormigón de pH neutro que, con el transcurso del tiempo, servirán para incrementar la biomasa marina y facilitar la reproducción de las especies de la isla», explican sobre las instalaciones que ocuparán 2.500 metros cuadrados. «En un año tendremos millones de peces, algas, los angelotes, rayas mariposa, nubes de sardinas...», enumera el escultor deCaires. Esos animales acuáticos son los que jugarán con sus obras y moldearán las figuras con su cuerpo. O se las comerán.

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