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El melón Yubari King.
El 'kobe' de la fruta

El 'kobe' de la fruta

El Yubari King, que se cultiva con mimo en el norte de Japón, es el melón más caro del mundo y su precio oscila entre los 5.000 y los 18.000 euros por kilo

Encarni Hinojosa

Domingo, 26 de julio 2015, 07:51

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La sandía y el melón son para el verano. En estos días, es habitual ver estas frutas enterradas en la orilla de alguna playa española. Los expertos en toalla y sombrilla saben que es mejor opción que la nevera portátil, ya que ambos frutales ricos en agua se disfrutan mucho más a baja temperatura. Y, además, son económicos. Una sandía de unos cinco kilos ronda los dos euros y medio y un melón de dos kilos supera por poco el euro.

Pero, en Japón, han llevado el amor por estas frutas estivales a límites exagerados. El melón japonés Yubari King, considerado el mejor y más caro del mundo, multiplica por miles el precio de uno convencional, alcanzando los 5.000 euros por kilo. Y esta cantidad solo se refiere a un ejemplar cualquiera de la cosecha, en la que solo pueden participar 150 agricultores. El primer par de melones de la temporada se subastan con un coste mayor y siempre en el mes de mayo, ya que se consideran los mejores del año. En la que se celebró hace tres meses, un mayorista de frutas nipón se llevó la pareja por 1,5 millones de yenes (más de 11.000 euros). Sin embargo, no llegó a superar el récord de precio, que se estableció en 2008 con una cifra de 2,5 millones de yenes (más de 18.000 euros).

Cultivo matemático

¿Pero por qué dos melones Yubari King pueden costar lo mismo que un coche? Como ocurre con la popular carne japonesa de Kobe, cuyo secreto está en la particular crianza de vacuno autóctono 'wagyu', la clave está en el esmero y la organización matemática en el cultivo de la fruta. También coinciden en la acotación geográfica del producto. Kobe es una ciudad nipona ubicada en la isla de Honshu y Yubari es una localidad situada en la isla más septentrional de Japón, Hokkaido. La tierra de la zona, rica en ceniza volcánica, es uno de los agentes que actúan en la creación de un producto tan especial. Pero no es el más importante. Lo que le da el carácter exclusivo a los melones Yubari King es su cuadriculado cultivo: por medio de estructuras de tuberías de riego estudiadas matemáticamente y cuya formación y funcionamiento se mantienen en secreto; controlando a cada momento la temperatura y pureza del agua; y sin dejar al azar la humedad gracias a complicados sistemas de invernaderos.

Sin embargo, no es un especie autóctona, como sí ocurre con el vacuno 'wagyu'. Esta exclusiva y mimada fruta es el resultado de un cruce, realizado en 1961, entre el melón americano 'Cantaloupe picante' con una modalidad redonda de melón europeo. El resultado exterior es una esfera perfecta con una corteza lisa salpicada por una fina trama en forma de red y un grueso tallo con una característica forma de 'T'. En el interior, una carne pulposa y fina de color oro contiene un sabor explosivo, que aúna el dulzor con un tenue picante. En Japón, este melón es un símbolo de estatus y normalmente se suele comprar para obsequiar a alguien de una manera muy especial. En Yubari, su cultivo genera el 97% de la renta agraria de la región y el gobierno nipón persigue estrictamente a los falsificadores del producto.

No es la única fruta veraniega elevada a los altares en el archipiélago asiático. La sandía también tiene una especie elitista que se cultiva en la misma isla que la Yubari King, la sandía Densuke. Aunque no llega al precio de su primo de carne dorada, también se subastan las primeras de la cosecha y el kilo de un ejemplar convencional cuesta alrededor de unos 600 euros. Pero en el tema de sandías japonesas, hay otra modalidad algo más barata pero mucho más popular: la sandía cuadrada. Cultivada en la prefectura de Kagawa, en la isla de Shikoku, tiene un precio de unos 120 euros la unidad y obtiene su particular forma en tan solo cuatro días al ser encajada en un contenedor cuadrado de cristal y metal. Aunque su sabor no es tan excepcional como el de la Densuke, el hecho de que solo 200 ejemplares se cultiven al año hacen que el precio de la sandía cuadrada tampoco esté al alcance de cualquier bolsillo, ni de ninguna orilla playera.

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