La SDL es uno de los equipos con mayor capacidad de sufrimiento de la Segunda B. Abadía ha sabido meter a sus chicos en la mollera que o dan el 100% o pasan cosas como el 0-4 ante el Noja de la semana pasada. Y, puestos a olvidar, estaba claro que los chicos de la SDL no querían que pasara mucho tiempo para quitarse la espina.
El partido no pudo comenzar mejor para los de Abadía. Salieron los blanquirrojos (esta vez negro-pistachos, en una combinación nunca vista) con el balón y las ideas claras; la cuestión es, en Segunda B, tenerla y meterla, y por una vez la Sociedad lo hizo a la primera.
Félix Del Puente lo intentaba desde fuera del área sin suerte. Pero el rechace le volvía y esta vez optaba por una gran pared con Esaúl para, luego, picarla con arte sobre el portero cántabro. Era el minuto 5.
Empezar un partido así es el sueño de cualquier entrenador. Hubiera sido perfecto para Abadía si Olavarrieta hubiera acertado cinco minutos más tarde en un disparo que tiró alto. Eran minutos muy buenos de la SDL, de lo mejor que se le ha visto a este equipo como visitante.
El Racing tenía que mejorar, y mejoró. En el 20 llegó su única ocasión clara en la primera parte, un tiro de Pedro desde feura del área que Gonzalo desvió a corner. En el 25 la primera mala noticia: Olavarrieta se echaba la mano al glúteo y se iba lesionado. Entraba Tamayo, que en el 35 tuvo una muy buena, aunque el portero cántabro, Saúl, estuvo más listo.
Pero lo importante era llegar al descanso con el 0-1, y eso se consiguió.
BUEN INICIO
El inicio de la segunda mitad fue bueno para la SDL, de nuevo muy activa en el inicio. El empuje le llegó, más o menos, hasta el minuto 17, en el que Candelas, Del puente y Miguel no acertaron a meter en las redes un balon centrado magistralmente por Gerardo.
Desde ahí llegó el suficimiento. El Rácing B es un equipo que por su juego no merece estar donde está. Con gente joven y con clase, es capaz de jugar muy bien al fútbol. Y durante la última media hora del encuentro mereció al menos empatar. Pero el Rácing no tiene gol, y la SDL sí tiene a Gonzalo, que desbarataba todo lo que le llegaba, que fue mucho.
La SDL se agazapaba a la espera de alguna contra, y alguna tuvo, como una de Tamayo y Jorge Herreros en el 81. Pero el partido era local, y más desde la expulsión por doble amarilla de Candelas en el 87.
La Sociedad había marcado pronto, había sabido sufrir y, en los últimos minutos, se agarró con uñas y dientes a una victoria que puede ser decisiva: lo de Noja es un mal recuerdo, y ahora los de Abadía vuelven a mirar al futuro con buena cara.
La crónica y las entrevistas de nuestro enviado especial a Santander, este lunes en Diario LA RIOJA