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El ministro de Educación brasileño, Aloizio Mercadante. / Marta Jara
«Brasil, un modelo de éxito con mucho recorrido por delante»
entrevista

«Brasil, un modelo de éxito con mucho recorrido por delante»

El ministro de Educación brasileño, Aloizio Mercadante, cree que habrá más manifestaciones de protesta, pero las ve como un fenómeno democrático positivo

MIGUEL SALVATIERRA

Sábado, 30 de noviembre 2013, 08:53

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Brasil vive un momento histórico dulce, pese a las manifestaciones de protesta que el pasado mes de junio, coincidiendo con la Copa Confederaciones de fútbol, sorprendieron al país y a la comunidad internacional. Así lo cree firmemente Aloizio Mercadante, quien ha estado en el núcleo del PT (Partido de los Trabajadores) desde antes de su fundación hasta los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, bajo los que ha sido candidato a vicepresidente, diputado, senador, coordinador de las campañas electorales, ministro de Ciencia y Tecnología y en la actualidad titular de la cartera de Educación.

Mercadante ha plasmado la experiencia viva y directa de la década prodigiosa que ha vivido el país en un libro, Brasil: de Lula a Dilma (2003-2013), (Ed. Clave Intelectual), que ha presentado en la Casa de América de Madrid, donde se ha realizado esta entrevista. En sus páginas encontramos un análisis político y económico exhaustivo, pero también pasión y satisfacción de que se haya logrado erradicar la pobreza absoluta de Brasil, creado 20 millones de puestos de trabajo y situado al país cerca de convertirse en la quinta potencia mundial.

Modelo económico alternativo

Frente al modelo neoliberal, Mercadante, habla de un modelo alternativo que denomina nuevo desarrollismo: un nuevo patrón de desarrollo que incorpora a los excluidos, sin que eso signifique poner en riesgo los fundamentos de la estabilidad económica. El político brasileño destaca el gran énfasis del gobierno de Lula, continuado ahora por Rousseff, de atender de forma masiva a las poblaciones de renta baja y que sacó de la pobreza a cerca del 30% de las familias que vivían en esas condiciones, 40 millones de personas si se incluyen los dos primeros años del gobierno de Roussef. Un proyecto en el que el centro de nuestra estrategia, añade, era distribuir para crecer y crecer distribuyendo, crear un amplio mercado de consumo de masas Colocar lo social como eje de desarrollo creo que ha sido la gran novedad histórica.

A su juicio, aunque el modelo brasileño resulte difícil de emular por sus características propias e intransferibles, puede servir de inspiración para la izquierda democrática, en particular después del desvanecimiento del movimiento de la llamada Tercera Vía, que no presentó una alternativa viable para el dilema de conciliar crecimiento económico con desarrollo social. Dilema que Mercadante cree que Brasil ha resuelto con éxito, a pesar de las manifestaciones de protesta de junio, que considera positivas, ya que han dado pie a que la presidenta Rousseff lleve al Congreso una amplia batería de reformas e inversiones que atienda sobre todo a los sectores hacia los que los ciudadanos han expresado su malestar: sanidad, educación y transporte, así como políticas para una lucha más eficaz contra la corrupción y para facilitar la transparencia.

Autocrítica

El ministro brasileño considera que, pese a la intensa presencia de fuerzas reaccionarias en algunas manifestaciones y la violencia gratuita de grupos muy determinados, las protestas supusieron un saludable shock democrático que va a influir en el país por mucho tiempo. Seguro que hay más manifestaciones y protestas. Es más, las debe haber. La democracia no tiene que ser solo representativa y ejercerla tan solo cada cuatro años depositando un voto, debe ser también participativa. Los ciudadanos tienen derecho y deben manifestarse en las calles para expresar su protesta y cuestionar las políticas del Gobierno. Los manifestantes querían y quieren, sobre todo, ser oídos. Mercadante cree necesario reconocer que, a pesar de los avances significativos registrados estos años, hay servicios públicos esenciales para el bienestar de la población, como la sanidad, la educación o el transporte, que aún son de baja calidad, especialmente en las regiones más atrasadas del país. Brasil tiene ante sí todavía muchos retos y aunque sea un modelo de éxito, tiene mucho recorrido por delante. Como ha señalado la propia mandataria y recoge Mercadante en la cita que cierra su libro: Acabamos de empezar. Al final el Brasil con el que sueñan las calles es el Brasil con el que siempre hemos soñado. Un empeño que, si se confirman los sondeos, seguirá a cargo por cuatro años más de la presidenta Rousseff, clara favorita para las elecciones del cinco de octubre de 2014.

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