Cervezas contadas en honor al nuevo rey de Holanda

La cuenta atrás ha comenzado. Lo han dicho quienes este martes se convertirán en reyes de los Países Bajos. Todo está preparado, estudiado al milímetro, para que el 30 de abril la reina Beatriz abdique; para que ceda el trono y el reino a su primogénito. La despedida, o bienvenida, según se mire, tendrá lugar el llamado Día de la Reina, en el que Beatriz sopla velas. El próximo año, con nuevo rey, los fastos para felicitar al monarca se trasladarán al 27 de abril. Sí, porque este sábado Guillermo Alejandro Nicolás Jorge Fernando de Orange-Nassau cumple 46 años.

Su última celebración de cumpleaños en la intimidad, dado que en 2014 los holandeses ya saben que ese día, el 27 de abril, será fiesta nacional, el Día del Rey. Pues bien, para despedir a la reina o para recibir al rey, para evitar que la fiesta se desmadre, el Ayuntamiento de Amsterdam ha lanzado una ordenanza que limita la venta de alcohol. Sorprende no obstante a quién va dirigida y para qué. A los supermercados y para la venta de cerveza. Vamos, que puede haber barra libre de ginebra, pero no de cerveza.

La medida responde a que ese día se permite beber en las calles. Se entiende que miles de ciudadanos de Amsterdam invadirán la ciudad para seguir los distintos actos de entronización de Guillermo Alejandro y Máxima, para ver pasar y pasear a miembros de todas las casas reales reinantes, entre ellos los príncipes Felipe y Letizia, que acuden en representación de la Familia Real, así como jefes de Estado y distintas personalidades llegados de aquí y allá. Amsterdam ya se ha teñido de naranja, el color del país; el color que Máxima ha lucido en numerosas ocasiones y que incluso se dice que vestirá el día de su llegada al trono de Holanda.

Y el temor que ahora tienen las autoridades locales, que saben que el día será largo, muy largo, dado que la abdicación de la reina Beatriz se producirá a las diez de la mañana y la celebración se prolongará hasta la madrugada, es que Amsterdam también destile alcohol. De ahí que seis latas de cerveza por cabeza y cada uno a su casa.