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Özil encara a Nounkeu, muy desafortunado en el segundo tanto blanco. / Efe
Los amigos de 'Mou' estaban en la defensa
FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

Los amigos de 'Mou' estaban en la defensa

El Galatasaray facilitó la goleada con errores de bulto en los tres tantos blancos y solo Drogba plantó cara

LUISMI CÁMARA

Viernes, 5 de abril 2013, 16:00

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Mourinho creía que tenía algunos amigos en el Galatasaray pero se encontró algunos más este miércoles sobre el césped del Bernabéu. Porque los defensas turcos, precisamente donde el portugués tiene menos conocidos, se comportaron como si fueran camaradas de toda la vida del técnico blanco y quisieran congraciarse con él.

Los de Fatih Terim se creían que estaban jugando un encuentro cualquiera de la liga turca, en donde pueden atacar ocho y defender dos. El problema es que se jugaba una eliminatoria de 'Champions', en un estadio 'cinco estrellas' y ante un rival con nueve 'orejonas'. Se comportaron como aspirantes a leones en su ofensiva y como elefantes mansos y lentos cuando tocaba regresar a proteger la guarida de Muslera.

Eboué se ganó el afecto de 'Mou'... y el de Cristiano. Imbuido por el espíritu de Dani Alves, pero con mucho menos talento y recorrido, el de Costa de Marfil quiso mantener un pulso ofensivo con 'CR7', pero se olvidó de que su función era precisamente parar a la estrella de su rival. El lateral visitante no debió escuchar a su entrenador en la rueda de prensa previa al choque, cuando dijo que Ronaldo era «uno de los jugadores más peligrosos y potentes del mundo» y le dejó libertad de movimiento y campo para disfrutar y se olvidó que, a la carrera, es difícil parar a un galgo. Nueve minutos le costó a Cristiano aprovechar el boquete dejado por su inconsciente adversario y marcar el primer gol. Fue tan fácil que hasta le dio vergüenza al luso celebrarlo por todo lo alto.

Regalos a Benzema e Higuaín

Y, puestos a hacer felices a sus colegas madridistas, los centrales Semih Kaya y Nounkeu decidieron hacer otro regalo a 'The Special One'. Como el entrenador se había lamentado de la falta de acierto de sus delanteros, qué mejor que fallar en cadena en un centro de Essien desde la derecha para dejar caer el balón a los pies del «gato» Benzema para que rematara el segundo tanto de la velada. El galo, que nunca ha sido la alegría de la huerta a la hora de festejar sus aciertos, también se cohibió -como su compañero del ataque- y se guardó los cohetes para retos más complicados.

Riera, el otro lateral que no lo es y el menos defensa de la retaguardia turca, fue precisamente el más acertado en sus tareas defensivas. Le bastó con el orden táctico conservado de su carrera en España e Inglaterra para salir airoso pese al desvarío continuo en el que se vieron inmersos sus compañeros. Y, sin grandes esfuerzos, el Madrid siguió sumando ante las restas otomanas. Así, un error general cerró el esperpento defensivo del Galatasaray. Higuaín remató de cabeza sin ningún tipo de oposición una discreta falta lanzada por Xabi Alonso y completó la redención de los arietes locales.

Mientras los blancos sumaban, Muslera restaba. Porque el uruguayo vio este miércoles en Chamartín cómo sus supuestos escudos se convirtieron en vías abiertas hacia su portería. Al final, el mejor amigo sobre el campo de Mourinho cumplió con su promesa de aparcar las buenas relaciones personales. Drogba fue el único con arrestos para crear problemas a su exjefe, no se sumaron a la causa ni Sneijder ni Altintop. El holandés no aguantó más que una parte sobre el campo, mientras que el turco decidió dejar para otra ocasión sus intenciones de enseñar al coliseo blanco el talento futbolístico y disfrutar de los deseados aplausos de la que fue su afición.

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