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Mar Flores y Javier Merino en el desfile de Torreta.
¡Javier, quiero ese vestido!
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¡Javier, quiero ese vestido!

Un repaso a las curiosidades de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid

GLORIA SALGADO

Domingo, 24 de febrero 2013, 16:19

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Sin desmerecer la magnífica labor de los diseñadores, algunos de sus clientes más populares pueden llegar a eclipsar sus colecciones con divertidas anécdotas, como la protagonizada por Mar Flores, que acudió a la antaño Pasarela Cibeles para arropar a su amigo Roberto Torreta. La exmodelo, acompañada por su marido, Javier Merino, se sacudió en el asiento al ver un elegante vestido de cóctel color rojo, ante el que no pudo evitar exclamar: ¡Javier, me encanta. Quiero ese vestido!, mientras fotografiaba con el teléfono móvil su 'objeto' de deseo.

Otros famosos crean tanta expectación a su alrededor que la directora de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, Cuca Solana, se vio obligada a desalojar de la pasarela a varios invitados con alma de paparazzi para que pudiese comenzar el desfile de Duyos. Una ingrata labor que tuvo que volver a desempañar segundos antes de la presentación de la nueva colección de TCN.

La 'extriunfita' Vega fue un claro ejemplo de invitado que acaparó tantos flashes como las prendas de la diseñadora a la que acudió a ver, María Barros. La cantante, que se tiñó el pelo de verde para la ocasión, parecía una figurante del desfile de la joven modista gallega. Una situación que se repitió en el desfile de Roberto Verino, en el que María de Villota fue el mayor reclamo, siendo 'acosada' por más de un personaje popular que quería inmortalizarse junto a la piloto.

Aunque siempre la 'front row' más mediática es la de Davidelfín. Con sus incondicionales -leáse Bibiana Fernández, Alaska, Mario Vaquerizo, Topacio Fresh y Beatriz de Orleans-, un buen puñado de representantes de Almodóvar y la pareja formada por Miguel Ángel Silvestre y una bellísima Blanca Suárez -con tres invitados sentados de por medio-, entre otros muchos fieles rendidos a los encantos del diseñador.

Imprevistos de última hora

En ocasiones son los propios diseñadores, que normalmente pecan de timidez, los que, sin quererlo ni beberlo, se convierten en el foco de atención. Una exaltada Sara Coleman tuvo que arrastrar literalmente a sus modelos para acompañarla a saludar por la pasarela ante la atónita mirada de un público poco entregado. Incómoda también fue la situación que vivió uno de los modistas patrios más admirados, que al llevar un pantalón excesivamente ceñido apenas podía respirar, una situación con la que bromeó momentos antes de salir a saludar.

Otros salieron airosos de imprevistos de última hora, como fue el caso de Moisés Nieto, que con mucha tranquilidad subsano el desliz de una periodista que, sin pretenderlo, rompió uno de sus espectaculares collares poco antes del desfile. Curiosidades del backstage...

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