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Benedicto XVI durante una Misa en el Vaticano el pasado enero./ Archivo
El Papa fue operado del corazón hace tres meses
el adiós de benedicto xvi

El Papa fue operado del corazón hace tres meses

El Vaticano confirma que el Pontífice lleva marcapasos desde hace diez años

M. E. ALONSO

Jueves, 14 de marzo 2013, 14:05

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La inesperada renuncia de Benedicto XVI ha generado un gran número de incógnitas acerca de los verdaderos motivos que llevaron al Pontífice a tomar tal decisión, entre las que se destacan el caso Vatileaks o los escándalos por pedofilia en la Iglesia. Algunos expertos opinan sin embargo que la renuncia de Josep Ratzinger se debe especialmente a dolencias causadas por problemas de salud y no necesariamente como un instrumento para evadir la responsabilidad de los escándalos de corrupción y nexos con la mafia que han estado acosando a la Iglesia católica en los últimos años.

Aunque el Vaticano se apresuró a desmentir ayer que ninguna condición médica específica provocase la decisión de Benedicto XVI de convertirse en el primer Pontífice en renunciar en 600 años, el diario italiano Il Sole 24 Ore, asegura que fue sometido hace unos tres meses a una operación de corazón en una clínica vaticana para sustituirle el marcapasos, todo llevado con la más absoluta discreción y sin interrumpir su agenda, un hecho, este sí, confirmado por la Santa Sede. El diario, que precisa que la intervención, que se llevó a cabo en la clínica Pío XI, propiedad del Vaticano, fue practicada por el cirujano Luigi Chiareiello, director de la cátedra de Medicina de la Universidad Romana de Tor Vergata. Benedicto XVI se recuperó rápidamente de la intervención y no faltó a sus citas previstas, ni a los encuentros públicos de los miércoles con los fieles y el ángelus dominical. El portavoz vaticano, Federico Lombardi, ha confirmado la intervención "de rutina" para cambiar las pilas del marcapasos desde hace diez años.

Pese a su buen aspecto, la salud de Benedicto XVI, de 85 años, ha preocupado desde que fue elegido como sucesor de Juan Pablo II, debido a que en septiembre de 1991 sufrió una hemorragia cerebral que le tuvo hospitalizado diez días y de la que se recuperó satisfactoriamente. Un día después de su elección al Solio Pontificio, el 20 de abril de 2005, su hermano mayor, Georg, dijo que no sentía una alegría "ilimitada" por la elección, ya que le preocupaba la salud del Pontífice. "Espero que aguante", dijo entonces el religioso, que precisó que la salud del Papa, en ese momento de 79 años, no era "estable".

En abril de 2008, tras su viaje a EE UU, algunos medios de comunicación se hicieron eco de su deteriorado estado de salud, lo que fue desmentido por el portavoz vaticano, Federico Lombardi, que dijo que estaba bien. El diario francés 'Le Figaro' escribió entonces que para nadie era una secreto "la fragilidad del corazón" de Ratzinger y destacó que desde hacia tiempo se había reducido el número de audiencias y que, tras el viaje, se suspendió la audiencia pública de los miércoles. Lombardi precisó que la audiencia se había suspendido con anterioridad para permitirle descansar, teniendo en cuenta que el Pontífice tenía ya 81 años y había realizado un viaje, largo y fatigoso. Un mes después, el 11 de mayo de 2008 tropezó durante la misa de Pentecostés que ofició en la basílica de San Pedro y aunque dio un rodillazo inmediatamente se levantó y prosiguió con la ceremonia. "Se ha tratado de un pequeñísimo incidente, sin consecuencia alguna", dijo el portavoz del vaticano, restando importancia al incidente.

El susto más grande ocurrió el 17 de julio de 2009, cuando se fracturó la muñeca derecha, tras resbalar en la casa de Les Combes, en la región alpina italiana del Valle de Aosta, donde pasaba unos días de descanso. El Papa fue trasladado a un hospital cercano, donde fue operado de reducción y osteosíntesis con anestesia local. Se trató, según contó Manuel Mancini, el jefe de traumatología del hospital valdostano que le operó, de una intervención de rutina, llamada a "'cielo abierto', que no comportó ningún corte, sino la simple aplicación, a través de orificios algunos hilos de metal, para mantener la muñeca en posición, con los que se ha reducido la fractura". Se inmovilizó su muñeca derecha con un aparato realizado con un material formado con fibras de vidrio, en forma de tejido, que tiene las mismas funciones que la escayola y que el Papa llevó durante un mes. Esa fue la segunda vez en 17 años que el Papa sufría una caída. En agosto de 1992, el por entonces cardenal Joseph Ratzinger resbaló en el baño de la residencia de la localidad alpina italiana de Bressanone donde se alojaba. En aquella ocasión se golpeó la cabeza, donde tuvieron que darle puntos de sutura, y permaneció varios días hospitalizados.

Un adiós anunciado

El 28 de marzo de 2010, por primera vez en sus casi cinco años de Pontificado, Benedicto XVI presidió desde el 'papamóvil' la procesión de las Palmas del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro del Vaticano. Un año después, el 16 de octubre de 2011 volvieron a saltar las alarmas, al ver como Benedicto XVI se trasladaba hasta el altar de la Basílica de San Pedro en una plataforma móvil para ahorrarse los cerca de 90 metros de pasillo.

El 23 de marzo de 2012 Benedicto XVI se ayudó por primera vez en público de un bastón para caminar, durante la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma, antes de viajar a México y Cuba. A su vuelta, tomó la decisión de renunciar a su Pontificado. "Cuando un Papa alcanza la clara conciencia de que ya no es física, mental y espiritualmente capaz de llevar a cabo su encargo, entonces tiene en algunas circunstancias el derecho, y hasta el deber, de dimitir", aseguró el propio Benedicto XVI en 2010 en una entrevista concedida a un periódico alemán bajo el título 'La Luz del Mundo'. Y ese día ya ha llegado.

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