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Timothy Dolan. / Reuters
Los principales papables
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Los principales papables

Por primera vez en la historia hay grandes probabilidades de que el próximo Sumo Pontífice sea un estadounidense

JUAN VICENTO BOO

Miércoles, 15 de mayo 2013, 17:56

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Tras la renuncia de Benedicto XVI ya se piensa en quién podrá sucederle. El último cónclave, en noviembre, marcó un cambio de rumbo. La incorporación de seis nuevos miembros al colegio de 120 cardenales electores era poco en términos numéricos, pero era la primera vez que una nueva «hornada» no incluía ningún italiano ni ningún europeo. Esto abría todavía más las puertas de América, el continente donde viven más de la mitad de los católicos del mundo. En primera línea para suceder a Benedicto XVI están dos estadounidenses. He aquí los perfiles de los papables:

TIMOTHY DOLAN. Estadounidense, 62 años, arzobispo de Nueva York. Es amistoso, gran intelectual, buen gestor y apasionado del béisbol. Un talento natural para la nueva evangelización.

Timothy Dolan, cardenal de Nueva York, deslumbró al colegio cardenalicio hace un año, el pasado 17 de febrero, un día antes de recibir la birreta roja. El Papa le había encargado hablar sobre la «nueva evangelización» a todos los cardenales del mundo y el presidente de los obispos americanos les fascinó por su profundidad evangélica y su optimismo.

Dolan volvió a brillar en octubre en el Sínodo mundial de Obispos sobre la nueva evangelización, en octubre de 2012, un tema que obligaba a la Iglesia a planear su propio futuro en un clima cultural adverso

MARC OUELLET. Canadiense, 68 años. Prefecto de la Congregación para Obispos. Canadiense francófono, habla inglés, italiano y español. Gran teólogo, es uno de los princi pales colaboradores del Papa.

DONALD WUERL. Estadounidense, 72 años. Arzobispo de Washington. Si no hubiera escogido el sacerdocio sería probablemente senador de los EE UU Buen teólogo, intelectual y comunicador.

El Papa le encargó el informe inicial del pasado Sínodo. Wuerl se reveló como líder con un programa de gran envergadura y una excelente síntesis de los debates.

ANGELO SCODA. Italilano. 71 años. Arzobispo de Milán. Hijo de camionero. La diócesis de Milán no le aceptó al sacerdocio por demasiado liberal. Gran teólogo.

CHRISTOPH SCHÖNBORN. Austriaco. 67 años. Arzobispo de Viena. Filósofo, psicólogo, teólogo y predicador. Destacado discípulo de Ratzinger. Presidente de los obispos austriacos.

LUIS ANTONIO TAGLE. Filipino. 55 años. Arzobispo de Manila. Activo protagonista en redes sociales. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Sabio y simpático.

Los italianos son el 5 por ciento de los católicos del mundo, pero suman el 25 por ciento de los cardenales electores. De cara al futuro, el discreto apoyo de algunos cardenales a la «opción norteamericana» de Dolan o Wuerl favorece la alternativa «intermedia» del cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, cuyos partidarios evitan un queme antes de tiempo. El arzobispo de Milán, Angelo Scola, es la gran esperanza de los italianos y de muchos otros que aprecian su altura teológica y su línea ratzingeriana. El cardenal de Viena, Christoph Schoenborn, no es «papable» sino «gran elector». En el 2005 convenció a sus partidarios para que votasen a su maestro, Joseph Ratzinger. Su actitud sigue siendo la misma: orientar votos hacia el mejor.

Ese mismo papel jugará el arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle. Con solo 55 años, el segundo cardenal más joven de la Iglesia es ya un auténtico líder por el peso de su palabra.

Entre los cardenales americanos hay que contar también a Sean OMalley, arzobispo de Boston, y Odilo Scherer, arzobispo de Sao Paulo. Entre los europeos con futuro, a Peter Erdö, arzobispo de Budapest y presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, sin olvidar a Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon y primado de las Galias, y a Reinhard Marx, arzobispo de Múnich.

El nuevo rostro de África es el cardenal guineano Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo «Cor Unum», encargado de ayuda humanitaria. El liderazgo práctico en la Iglesia católica es ahora plenamente internacional. Y las buenas opciones vuelven a abundar en un abanico cada vez más amplio.

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