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Un paciente del hospital de Sant Pau. / Archivo
Romper tabúes
SALUD

Romper tabúes

Nace la primera asociación de familiares de personas que se han quitado la vida | El suicidio es la primera causa de muerte externa entre las personas de 30 a 44 años

CRISTIAN REINO

Viernes, 28 de diciembre 2012, 10:25

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Alrededor de 3.500 personas se quitan la vida cada año en España. Una cifra que los expertos creen que podría ser el doble de lo que afirman las estadísticas oficiales y que sitúa al suicidio como la primera causa de muerte externa entre el colectivo de 30 a 44 años, por delante de los accidentes de tráfico. Razones sociales, culturales y de tipo religioso explican que aún existan en la sociedad española muchos prejuicios en torno al suicidio, como el que afirma que hablar de forma clara de este tipo de muertes en los medios de comunicación puede tener un efecto mimético. «La sociedad todavía tiene una actitud de censura con el suicidio», afirma Carmen Tejedor, una de las mayores especialistas en España sobre conductas suicidas. «Siempre buscamos un culpable, pero la muerte por suicidio es más compleja», añade. Psiquiatra en el hospital de Sant Pau, en Barcelona, señala que la mayoría de las personas que se quitan la vida tienen patologías depresivas, psicóticas, dependencias del alcohol o la droga o se trata de gente mayor con enfermedades crónicas.

«El que se suicida no es libre, es profundamente desgraciado, por eso es mejor hablar, pedir ayuda, no callar», señala. Carmen Tejedor aboga por romper con todos estos tabúes que rodean a los suicidios . Expresarse claro, como prevención: «No hablar de los suicidios es la mejor manera de que la gente se siga suicidando», afirma de forma categórica. Con una prevalencia en España de entre siete y ocho casos por cada 100.000 habitantes, esta doctora del servicio de Psiquiatría del hospital de Sant Pau rechaza los tópicos que han creado la literatura y el cine sobre esta causa de muerte, que a su juicio es «violenta, agresiva y muy bestia». «No he visto mayor dolor y sufrimiento que por la muerte de un suicidio, no hay muerte que cause más dolor a los familiares», asegura.

Darío Nogués sabe lo que se padece. Hace dos años perdió a su madre, que se quitó la vida con 55 años. «Tengo mucho sentimiento de culpa, de desgarro, de dolor; pero hay que afrontar la realidad sí o sí para poder seguir viviendo», señala. En cualquier caso, reconoce que hay «momentos en que la vida se hace tan dura y tan ardua que se hace imposible continuar». En su caso, recibió amparo en la entidad DSAS, la primera asociación de familiares de personas víctimas de un suicidio. «Expresarlo, hablarlo, es my bueno sacar todo lo que tienes dentro», apunta.

La filosofía de la organización

La presidenta de esta nueva asociación, Cecilia Borràs, que perdió a un hijo, apunta que la entidad ha nacido siguiendo la filosofía de una frase del escritor ruso Máximo Gorki , que dice: «¿De verdad vale la pena hablar de esto? Vale la pena, pues es la pura verdad». El objetivo de la primera asociación de este tipo que surge en España es facilitar «un lugar de encuentro donde poder hablar y ser un espacio de confianza y respeto para acompañar a los supervivientes del suicidio en su proceso de duelo».

De momento, la asociación la integran trece familias que han perdido a uno de los suyos en un suicidio. El 30% no estaban en tratamiento psiquiátrico y el 40% lo habían intentado con anterioridad, de ahí que Carmen Tejedor crea que aún se puede hacer mucho desde el punto de vista de la prevención: «¿Verdad que informáis de los riesgos del colesterol para prevenir los infartos o los ictus?, pues también se debe informar de la prevención de los suicidios », instó a los periodistas.

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