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IGNACIO SERRANO
Lunes, 24 de diciembre 2012, 17:43
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Vistas las reacciones a la suplencia de Iker Casillas ante el Málaga, la decisión tomada por José Mourinho, considerada por algunos sectores como un órdago a la entidad y a una leyenda viva del club, parece ser el primer precedente en estas lides. El atrevimiento, empero, ya fue protagonizado por Leo Beenhakker en la década de los 80.
El entrenador holandés hizo lo propio cuando, en la temporada 88-89, sentó en el banquillo a Emilio Butragueño, la gran estrella de aquel Real Madrid. Lo hizo en los cuartos de final de la Copa de Europa ante el PSV, en favor de Paco Llorente, quien en palabras del técnico, estaba más capacitado para tapar las subidas del lateral Eric Gerets.
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