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Momento de la declaración de Flores. / Vídeo: RC
«No había ningún control policial»
ante el juez del madrid arena

«No había ningún control policial»

Declaración del empresario Miguel Ángel Flores ante el juez, en la que señala el macrobotellón celebrado en los alrededores del Madrid Arena como detonante de la tragedia

O. BELLOT

Jueves, 24 de enero 2013, 18:01

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El empresario Miguel Ángel Flores, gerente de la empresa Diviertt, organizadora de la macrofiesta de Halloween en el pabellón Madrid Arena, que acabó con la muerte de cuatro jóvenes el pasado 1 de noviembre, declaró el pasado martes como imputado.

En su intervención, Flores señaló ante el juez instructor, Eduardo López Palop, que "no había ningún control policial en la Casa de Campo para impedir que cientos de jóvenes accediesen a las inmediaciones del Madrid Arena con bebidas alcohólicas para hacer botellón. "La Casa de Campo estaba completamente tomada por un macrobotellón que los agentes toleraron", afirmó en su declaración.

"Cuando la policía está desde primera hora controlando todo, incomodan a los chavales y estos no se acomodan a hacer botellón, así la gente entra más fluida, porque se lo estás impidiendo, pero aquí no había policía, ellos permitieron y toleraron todo, incluso la venta ambulante", declara Flores en el vídeo de su comparecencia, que duró más de tres horas. En ella compara además el evento de Halloween con otros organizados por su empresa, que contaban con más de un centenar de policías, frente a los 10 agentes que hubo en esta ocasión, "todos juntitos arriba en los coches", cuando la Casa de Campo, afirmó, "estaba tomada".

El acusado aseguró que el párking donde se reunieron los jóvenes, que se cobraba a diez euros por vehículo, lo gestionaba Seguriber y Madrid, Espacios y Congreso, la empresa pública del Ayuntamiento de Madrid. Flores afirmó que la gente iba "muy borracha" y que la entrada masiva de jóvenes al pabellón sin entrada se sucedió a las 3.00 horas de la madrugada en la puerta F-14, justo cuando comenzaba el concierto del DJ Steve Aoki. Hubo mucho detonantes, pero el botellón fue la causa de la avalancha en el interior del recinto, remachó ante el juez.

Al Qaeda

Al ser cuestionado sobre su responsabilidad en seguridad, Flores limitó su competencia al concierto que organiza y señaló que el número de personas que pone es en función de los servicios que ofrece, no del aforo ni del espacio de un local que "me alquilan". En este sentido, menciona a tres agentes que estaban fuera de servicio en la macrofiesta y que señalaron que las medidas de seguridad "no es que fueran bajas, sino que eran inexistentes".

En este punto, el juez señala que está comprobado que varias personas accedieron al recinto portando explosivos, bengalas y petardos. "O sea que aquí viene un señor de Al Qaeda con una granada en mano y una ametralladora, y entra, ¿no?", pregunta a Flores.

Reventa

Durante la declaración, que duró casi tres horas, Miguel Ángel Flores niega tener conocimiento de que se llevara a cabo una reventa de entradas aunque admite que es "algo que puede pasar", valiéndose de los billetes sin cortar que entregaban los asistentes para revenderlos en las inmediaciones del recinto. Las entradas, según afirma, se "retiraban" y se "introducían en unas cajas". La devolución al cliente solo se lleva a cabo bajo petición eran retiradas e introducidas en unas cajas", donde se guardan "como se hace habitualmente" y que solo se devuelven al cliente "si éste las pide".

En este sentido, el juez López procederá hoy mismo al recuento de las entradas decomisadas por la Policía y que fueron halladas en un edificio anexo al pabellón principal. Allí los agentes encontraron varias urnas con los billetes vendidos. El juez ordenó el precinto de las mismas en el momento de ser notificado, por lo que se desconoce por el momento el número de entradas que contienen.

En su declaración, Flores aseguró desconocer el paradero de las entradas y afirmó que se vendieron 9.650 billetes para un aforo permitido de 10.500 personas. Sin embargo, Flores reconoció en su declaración que se imprimieron un total de 17.500 entradas y afirmó también que se colaron 4.000 de los 6.000 jóvenes que hacían botellón en las inmediaciones.

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