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El rey Juan Carlos y el presidente de Ecuador, Rafael Correa (i.). / Ballesteros (Efe)
Correa: «España es un país muy querido, el más cercano de Europa»
XXII Cumbre Iberoamericana

Correa: «España es un país muy querido, el más cercano de Europa»

El presidente de Ecuador señala que "nos llaman dictadores y autoritarios porque no nos sometemos a los poderes que han mantenido la miseria en Latinoamérica"

LALIA GONZÁLEZ-SANTIAGO

Viernes, 16 de noviembre 2012, 14:50

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En vísperas de su asistencia a la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, que se celebra en Cádiz, el presidente ecuatoriano desarrolló ayer una intensa agenda oficial en Sevilla, durante la cual concedió una entrevista a este periódico. Nacido en Guayaquil en 1963, economista de formación y presidente desde 2006, controvertido y miembro del 'eje indigenista' surgido en el continente, presume de las altas tasas de crecimiento de su país y, sobre todo, de la reducción de la pobreza.

-El Gobierno español se ha empleado a fondo para conseguir que la Cumbre de Cádiz sirva para recomponer las relaciones con Iberoamérica. ¿Qué resultados espera de la cita que hoy comienza?

-No sé por qué se habla de recomponer, porque las relaciones con España están en un excelente nivel. En todo caso son oportunidades para tratar de problemas comunes, para hablar de la crisis europea y sus efectos en América Latina, en los residentes de América Latina y en los propios españoles. Es la ocasión de intercambiar visiones y profundizar en la cooperación.

-¿Cree que España necesita resituar, adaptar su discurso hacia el continente?

-España siempre ha estado cercana, el resto de Europa es ya otra cosa, como lo es Estados Unidos. En la última en campaña electoral la gran ausente ha sido América Latina. Creo que es un desafío estrechar lazos, no solo comerciales, porque las relaciones entre países no deben mercantilizarse, sino de visiones políticas, admiración etc.

-En su ideario usted propone "una nueva mirada sobre Latinoamérica". ¿En qué sentido?

-Latinoamérica está cambiando y muchas veces desde Europa no se entienden esos procesos, y resulta que las víctimas somos los victimarios, o al revés. Después de décadas de debacles económica y social lo que ustedes están viviendo, la crisis y las recetas para superarla, que nos preocupa muchísimo, nosotros lo hemos pasado varias veces. Hemos superado esas etapas y ya no hacemos caso a las burocracias internacionales. Hace seis años que no vemos una misión del FMI. Si vienen como turismo, bienvenidos, si lo hacen para comportarse como los nuevos virreyes, por el mismo lugar les regresamos. Y nos va estupendamente, el año pasado crecimos al 8%, la tasa de desempleo es de menos del 5%, reducimos la desigualdad, la pobreza. América Latina está superando la larga y triste noche neoliberal y gobiernos progresistas con un inmenso apoyo popular han llegado al poder, pero como no se someten a poderes tradicionales, fácticos, mediáticos, del capital financiero, tenemos una campaña internacional de dictadura, autoritarios etc. En Europa no se explica bien lo que está pasando y para eso también sirven estas cumbres, para conocernos mejor. América Latina está cambiando y para bien. Es la región más rica del mundo. Todavía tenemos miseria y pobreza. Los que queremos cambiar eso somos los dictadores y los autoritarios, ¿por qué? Por que no nos sometemos a los poderes que siempre han mantenido esas situaciones.

-Preocupa que a España sea vista como la vieja potencia colonial. ¿Cree que persiste esa mala imagen hoy?

-Sinceramente, en absoluto. La España colonial fue parte de la historia y eso no se puede cambiar, hubo grandes abusos, grandes saqueos, perdone la expresión, pero ni remotamente queda esa imagen. Ahora vemos a España como un país muy querido, muy cercano, el más cercano de Europa. Aquí tenemos cerca de 600.000 ecuatorianos, que han sido acogidos como una tierra hermana. Estamos muy agradecidos. España es un país hermano, un gran socio comercial.

-América vuelve a ser una gran tierra de oportunidades. ¿Qué posibilidades hay ahora para las empresas y los profesionales españoles en Ecuador?

-Hay muchas empresas que trabajan allí y pregúnteles a cuál les va mal. Es un momento de grandes oportunidades de negocio. Los verdaderos inversionistas buscan políticas económicas claras, y Ecuador las tiene; gobiernos honestos, que lo es el Gobierno ecuatoriano, y proyectos rentables, que le sobran a Ecuador. Tenemos muchas inversiones, por ejemplo de Telefónica, que debe ser una de las más rentables del mundo. Bienvenidos todos lo que quieran. También profesionales. Estamos recibiendo muchos académicos, profesores, médicos. Bienvenidos.

-Una de las cosas que consagra la Constitución de Cádiz por primera vez es la libertad de Prensa. Su país ha sido objeto de atención en este sentido. ¿Cómo se encuentran ahora sus relaciones con los medios de comunicación?

-Vea lo que sucede en España, que han despedido a más de cien periodistas de El País. Si eso pasara en Ecuador le aseguro que sería culpa del Gobierno, persecución y atentado a la libertad de expresión. Porque para la prensa mediocre que tiene Ecuador hasta la rentabilidad de su negocio tiene que garantizarla el Gobierno. ¿Usted sabe que ni siquiera pagaban impuestos? Canales de televisión que declaraban pérdidas, el mayor periódico era propiedad de tres empresas fantasmas en las Islas Caimán, el papel periódico, junto con las medicinas, estaba exonerado de cargas fiscales. Hacerles pagar impuestos es atentar contra la libertad de expresión. Para eso están estas cumbres, no entienden lo que está pasando en América Latina. Que allí no tenemos una prensa profesional, ética, sino negocios inmiscuidos en política, que se acostumbraban a poner y sacar presidentes, condenaban o exculpaban en lugar de los jueces, era el estado de opinión en lugar del estado de derecho. Ahora que estamos construyendo el estado de derecho y nadie está por encima de la ley y los excesos descarados de cierta prensa se tratan como en cualquier país civilizado, por medio de la justicia. Ahora dicen que hay persecución, que hay atentado a la libertad de expresión. Solo se aplica la ley. Lo que hace la prensa en Ecuador, y en América Latina, que en general tiene una de las peores del mundo, sería intolerable aquí.

-¿Cómo va a resolver el conflicto creado por el asilo de Julian Assange en su embajada en Londres?

- Está en manos de Inglaterra y Suecia. Ojalá se vea una solución pronto, porque su salud corre riesgo. Ecuador ha hecho lo que tenía que hacer en función de su tradición, el derecho internacional, de su soberanía. Frente al riesgo que corría la vida de Assange si era extraditado a EE UU, de que no se respetara el debido proceso, se le concedió el asilo. Ojalá el Reino Unido otorgue el salvoconducto o en su defecto se solucione el problema yendo a interrogarle a la embajada. Él ni siquiera está acusado. No vamos a impedir la investigación sueca. La ley sueca permite que el fiscal acuda a la embajada y se acaba todo el problema, pero no han querido.

-La inmigración es una de sus preocupaciones y de los principales temas que quiere traer a la cumbre. Se va a reunir con las comunidades ecuatorianas ¿Qué mensaje trae?

-Más allá de presidente, como ser humano, la emigración es una tragedia nacional, uno de los procesos de desestructuración social de la historia de Ecuador. Sufrimos una crisis muy grave, muy parecida a la que está sufriendo ahora España, en el 99. Quebraron los bancos y todo el peso cayó sobre los ciudadanos, se incautaron sus depósitos para salvar a los bancos y arruinaron a la gente, hubo dos millones de emigrantes en pocos años, una verdadera tragedia humana. Como economista también recuerdo cómo me indignaba cuando se nos decía que ya se arregló la situación, ya se pagó la deuda, la inflación está controlada, y los seres humanos queriendo salir hasta a nado del país. En nuestra agenda humana, profesional, política tienen una prioridad muy clara los inmigrantes. Cuentan con todo el apoyo del gobierno. Vamos a hablar de ellos en la cumbre. Estamos diciéndoles que cuando quieran volver, les esperamos con los brazos abiertos. No hemos resuelto todos los problemas pero juntos podemos resolver cualquier obstáculo.

-Como país fronterizo ¿cómo ve las inminentes negociaciones entre el Gobierno de Colombia y con las FARC?

-Es una buena noticia para América Latina y toda persona de buena fe debe apoyarlas con toda el alma. Es una guerra fratricida absurda que ha costado demasiada sangre, demasiado sufrimiento. En una democracia, por imperfecta que sea, no hay cabida para esta clase de respuestas violentas. Acompañamos con todas nuestras energías el proceso de paz colombiano, pero es que la segunda víctima de ese conflicto es Ecuador, nuestra frontera es caliente por la irrupción de estos grupos irregulares y nos obliga a tener siete mil soldados, tres mil policías, diez mil, once mil efectivos, cuando en época de paz se requeriría la tercera parte. Nos cuesta centenas de millones de dólares, además de vidas humanas.

-Hablamos aquí de un eje bolivariano, indigenista, formado por diversos países, Venezuela, Bolivia, Ecuador. ¿Existe?

-Es correcto, nos enorgullece ser bolivarianos, indigenistas en el mejor sentido de la palabra. No vemos nada peyorativo.

-¿Cómo se plantea su gobierno con ese gran crecimiento del PIB la redistribución de la riqueza?

-Puede haber crecimiento empobrecedor y que ahonde las diferencias y eso destruye la sociedad. América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo. Prioridad de prioridades es disminuir la desigualdad, lo que no quiere decir que los que estén bien empeoren, sino que los que estén menos bien mejoren más rápidamente. En otros países que no quiero mencionar y que se ponen como ejemplo de éxito económico no está sucediendo eso. En Ecuador sí. Crecemos a altas tasas. El principal indicador de desigualdad es el coeficiente de Gini, muy duro de reducir, lo hemos bajado siete puntos. Los economistas saben lo que digo. Por primera vez en la historia la pobreza extrema es de un dígito, está en el 9%. Eso es para nosotros lo más importante. La tasa de crecimiento puede significar cualquier cosa, si yo le regalo el petróleo a las transnacionales verá que triplicamos la inversión y el PIB, pero si se nos llevan todo el petróleo, de qué nos sirve. Para nosotros esta reducción de la pobreza es el mayor indicador de éxito económico. Ecuador tiene un crecimiento sano.

-Recuerdo una portada de The Economist, con un mapa invertido y el titular Latino América ya no es más el patio trasero de EE UU'. ¿Cómo son las relaciones ahora con el vecino del norte?

-No ha habido mayores cambios, la ausencia del continente en la última campaña electoral no es culpa del presidente Obama, al que personalmente considero una buena persona, un gran ser humano, es culpa de la inercia. Lo importante, como decía José Gervasio Artigas, prócer uruguayo, que aprendamos a marchar con nuestros propios pies. Ojalá llegue el día en que no andemos preocupados por los resultados de las elecciones estadounidenses, sino que EEUU esté preocupado por los resultados de las elecciones presidenciales en América Latina.

-Acaba de ser elegido el nuevo presidente de China. ¿Le importa más?

-Guardamos excelentes relaciones con todos los países del mundo en un marco de mutuo respeto.

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