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Gruyères, en el cantón suizo de Friburgo.
Gruyères, una ciudad de cuento entre los verdes campos de Suiza

Gruyères, una ciudad de cuento entre los verdes campos de Suiza

Pequeña, histórica, con ambiente medieval y nombre de queso, así es esta singular urbe repleta de personalidad y marcada cultura local

álvaro romero

Madrid

Jueves, 14 de junio 2018, 11:39

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La coqueta ciudad de Gruyères se hace hueco en el Cantón de Friburgo, al oeste del país. Se levanta en un pequeño cerro de los prealpes suizos dibujando una preciosa estampa. Rebosa encanto por los cuatro costados y, su nombre, es mundialmente conocido gracias a su producto gastronómico más famoso, el queso. Protegido bajo la etiqueta de denominación de origen.

Una de las grandes virtudes de Gruyères se basa en haber mantenido su aspecto medieval hasta la actualidad. Fue antigua residencia de condes y aristócratas y es, a día de hoy, un magnífico foco turístico para la comarca.

El principal atractivo y la mejor manera de conocer la localidad es recórrela a pie, descubrir tranquilamente sus calles empedradas, sus plazas y los pintorescos rincones que esconde. Merece la pena recrearse en un escenario que parece situar al visitante en tiempos remotos. Todo ello provoca que hasta allí se acerquen cada año miles de turistas con el fin de descubrir a fondo el que para muchos es el trazado urbano más bello de Suiza.

Los edificios que flanquean las calles siguen siempre una coqueta línea diseña para captar todas las miradas. Las balconadas se llenan de flores y a la espalda de todas esas casas asoma imponente la cordillera alpina y los verdes campos de la región.

Regreso al medievo

En torno a la calle principal, que también hace función de plaza, se arma esta diminuta ciudad. En ella aparecen bares típicos, restaurantes, hoteles y tiendecitas de artesanía, todo ello presidido por una pequeña fuente octogonal que decora de manera excepcional el rincón. Junto a ella nace una callejuela, también empedrada, que conduce hasta los restos de la antigua muralla, pasando previamente por una bella puerta decorada. Desde allí se pueden divisar unas espectaculares vistas de todo el entorno hasta la línea que marca el horizonte.

Un castillo imponente

La calle principal se bifurca justo antes de llegar a la Capilla del Calvario. El camino que queda a la derecha topa con la Iglesia de San Teódulo, levantada en el siglo XIII se caracteriza por su precioso campanario.

El trazado de la izquierda dirige hasta el castillo, considerado como uno de los más espectaculares del país. Construido en el siglo XIII es ahora un museo que exhibe la arquitectura, historia y cultura regional de ocho siglos de historia. Antes de llegar a la fortaleza se encuentra el museo H. R. Giger que muestra la fantástica obra del ganador del premio Óscar y creador de alienígenas.

Queso y chocolate

El encanto de la ciudad también radica en su exquisita gastronomía, apta para los paladares más exigentes. El producto más famoso de la región es el queso Gruyère, cuenta con Denominación de Origen Protegida y es conocido a nivel mundial. Se puede descubrir en profundidad visitando alguna de sus queserías.

De aroma fino, este apreciado manjar se fabrica desde hace siglos y aún hoy día continúa elaborándose según la receta tradicional en las queserías de esta región de la Suiza occidental. Además, sirve de producto principal para alguno de los platos más valorados de la gastronomía local, entre los que destaca la fondue. El chocolate es el otro gran protagonista, también es posible visitar fábricas y realizar degustaciones de este delicioso producto.

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