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FLORESTÁN Y EUSEBIUS

'PIZZICATO' LUIS FERNANDO RODRÍGUEZ IMAZ

Viernes, 15 de junio 2018, 00:51

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Año 1961, yo era un bachiller de 14 años. Mis músicas: Bach, Mozart, Beethoven, Chopin, Liszt, Wagner y muchos más clásicos. Otros irían llegando. También estaban Aimable, los Hotcha, Yupanqui, Sabicas, Cugat, Pourcel, Faith, Sinatra, Jobim, el Jazz y Los Shadows, enteros, de memoria. Muy ecléctico era, me decía el Fochas. Puede, ya que con el maestro Gurbindo tocaba 'Tristesse' o 'Sous les ponts de Paris'.

Reinaban los Beatles, que me parecían unos melenas; yo, a mis Shadows y a mis clásicos. ¿Ecléctico? ¡Raro! me decía Zorzano; Chepanini me llamaba por cómo me encorvaba sobre la batería Slingerland que teníamos en el Colegio San José. El Ardanaz, la 'Orquestina', 'The four schillings' y 'Los Junior'. ¡Buff!

Con D. Federico tuve buenas charlas de música. Él era de Traviata, de Callas, Gigli y Chopin. Un día me puso la Sinfonía nº 1 de Schumann y ¡qué revelación! Un mundo de nuevas sonoridades y formas radicalmente distintas, arrebatadoras, una fantástica explosión romántica. Schumann entró en mi vida. Me parecía un Beethoven exacerbado, un caos genial, un todo inesperado. ¿Cómo surgía aquella música y cómo iba a terminar?

Escuché y leí mucho sobre él y comprendí el torrente de locuras y complejidades inmersas en la mente del músico hiperromántico, seductor, arrollador, insondable y evidente, único. Es el faro del romanticismo musical -sucesor de Schubert- junto a Chopin y Liszt. Wagner fue por otra vía. Me compré la 1ª Sinfonía por Munch, el Concierto de piano por Lipatti, el Carnaval, las Piezas fantásticas, Escenas del bosque, Kreisleriana, todo.

Schumann sufría de trastorno bipolar y se inventó en su atormentada imaginación dos personajes opuestos: Eusebius, el moderado soñador y poético y Florestán, el impulsivo eufórico y agresivo. Con ellos polemizaba en la 'Nueva Gaceta Musical' que fundó. Hoy es día Schumann, nació un 8 de junio de 1810 en Zwickau, Alemania. Mi fiel recuerdo.

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