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Imagen de San Vitores en la iglesia de Bañares. :: foto fede
Cita con San Vitores en La Riojilla Burgalesa

Cita con San Vitores en La Riojilla Burgalesa

Vecinos de pueblos riojanos devotos del santo, como Tormantos y Leiva, acudirán a la celebración en la localidad burgalesa

JAVIER RIAÑO BENITO

Viernes, 1 de septiembre 2017, 20:01

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Este sábado, en Fresno de Río Tirón (Burgos) se abrirá el arca y la urna donde descansan los restos de San Vitores, santo venerado en una veintena de pueblos riojanos y burgaleses. El acontecimiento se repite cada cien años y, aunque correspondía celebrarlo en el 2016, las obras de rehabilitación en el convento que los acoge han retrasado el evento al presente año.

Hasta allí peregrinarán vecinos de Tormantos y Leiva, los dos municipios riojanos que, junto con otros tres burgaleses (Fresno de Río Tirón, Quintanilla San García, Cerezo de Río Tirón), integran la Asociación Pueblos de San Vitores. La devoción a este santo también alcanza a Casalarreina y Zorraquín, que lo tienen como patrón y celebran su fiesta el 26 de agosto. Su imagen, además, se custodia en las parroquias de Ábalos, Anguciana, Bañares, Casalarreina, Castañares, Cellorigo, Gallinero de Rioja, Grañón, Haro, Herramélluri, Leiva, Ochánduri, Rodezno, Sajazarra, San Millán de Yécora, Santo Domingo de la Calzada, Tormantos, Treviana, Villalba y Zorraquín.

Entre la historia y la leyenda

Entre historia y leyenda, ha llegado a nuestros días que San Vitores nació en Cerezo de Río Tirón (Burgos) hacia el año 900. Fue decapitado en Quintanilla de las Dueñas hacia el 950. Vivió siete años como ermitaño en una cueva cerca de la localidad de Oña durante la invasión musulmana de la región.

De regreso a su pueblo natal, sitiado en aquellos años por los moros, convirtió al cristianismo, entre otros, a Coloma, hija del rey Gaza. Llegó a ser para los altos cargos musulmanes el principal enemigo y por ello le decapitaron. Pero, según la leyenda, el santo se levantó y con su cabeza en la mano estuvo predicando tres días para asombro de todos. Al poco tiempo del martirio de Vitores, al no rendirse Cerezo y al convertirse al cristianismo numerosos musulmanes, los moros desistieron, dejando la población libre del cerco musulmán.

Los restos del mártir fueron inhumados en una pequeña cueva en Cubillas, término de Cerezo. En 1460 los Condestables de Castilla mandaron construir una iglesia que diera un cobijo digno a sus restos, con una casa habitación para una comunidad de dominicos.

El Convento, como se llama al santuario, al principio estuvo encomendado a capellanes o clérigos seculares. Después a religiosos dominicos hasta el año 1551, en el que los dominicos hicieron renuncia y delación a favor del cura y clérigos de la parroquia de San Andrés del lugar de Fresno. Estos la cedieron al Condestable de Castilla, que previas las solemnidades correspondientes la entrego a los padres de la regular observancia de San Francisco. Corría el mes de septiembre del año 1556.

En marzo de 1834 (Primera Guerra Carlista) el comandante riojano Basilio García se acogió con sus tropas en el convento. Como consecuencia de ello, el primero de mayo el ministro de Gracia y Justicia de S.M. Isabel II ordenó el cierre del convento y el 26 del mismo mes se entregaron las llaves al Cabildo de Fresno.

Hasta mediados del siglo pasado permanecieron en él ermitaños que custodiaron, dieron culto y atendieron a los romeros.

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