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Hecho a mano

Hecho a mano

Nintendo ha sorprendido a sus aficionados con una entrañable historia protagonizada por el dinosaurio Yoshi que aúna las características de los japoneses: tradición, cariño y veteranía.

EDUARDO MARTÍN ESPALLARGAS

Jueves, 30 de julio 2015, 22:57

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Nintendo es sinónimo de tradición por varios motivos. Cabe destacar que el origen de la compañía se encuentra en la fabricación de naipes, algo que marcó su devenir. En 1889, Fusajiro Yamauchi, padre de la empresa nipona, comenzó a fabricar las cartas japonesas conocidas como 'Hanafuda', que significa 'flor'. Con el tiempo, el negocio de las cartas fue creciendo con la manufactura de barajas de estilo occidental en Japón o incluso, en 1959, imprimiendo cartas con personajes de Walt Disney para niños.

El éxito fue total y Nintendo amplió su negocio con la fabricación de juguetes (una faceta que han recuperado hace unos meses con las figuras 'amiibo'). Siempre con sede en Kyoto, si la de los 60 fue la década de los juguetes, la de los 70 la protagonizó el ocio electrónico. Es una de las compañías pioneras en el mercado de los videojuegos y sus creaciones han sobrevivido como ninguna otra al paso de los tiempos. Quizás su éxito se base en que a todos sus productos le imprimen un cariño especial, heredado de los tiempos de Fusajiro Yamauchi.

Su último título, publicado para Wii U, resume y concentra en un solo disco todo lo hasta ahora descrito: tradición, cariño y veteranía en el mundo de los videojuegos. 'Yoshi's Woolly World' ha sorprendido a propios y extraños por su entrañable aspecto, su espectacular apartado artístico y un sobresaliente diseño de niveles y situaciones, convirtiendo el juego en uno de los mejores de la actual generación en el género de los saltos entre plataformas.

'Yoshi's Woolly World' vuelve a demostrar que los japoneses son unos maestros en este género, pues prácticamente lo inventaron ellos a través de su famoso personaje Super Mario. No obstante, en esta ocasión es el dinosaurio Yoshi el protagonista de un título que reúne todo lo que se le pide a un juego de este tipo. La gran novedad es el hilo conductor que utiliza: la lana. El célebre material no solo ha servido para ofrecer una estética que desprende ternura en cada escena, sino que ha sido clave para diseñar la jugabilidad. Tal y como asegura el genio que está detrás del proyecto, Takashi Tezuka, «descubrimos que lo mejor era primero tejer lo que queríamos diseñar en lana real, para después recrearlo digitalmente teniendo en frente el modelo»

El mundo de 'Yoshi's Woolly World' está, literalmente, tejido a mano, algo que se desprende a través de la pantalla del televisor. Incluso los propios dinosaurios Yoshi son de lana. De esta forma, cada nivel se teje ante el jugador ofreciéndole nuevas formas de interactuar, desde tirar de un hilo para descubrir un camino secreto hasta tejer escenarios incompletos lanzando ovillos. Las posibilidades son muchas, especialmente para aquellos jugadores más experimentados, porque tras esa aparente ternura se esconden niveles que requieren de altas dosis de habilidad para completarlos. Más aún si los usuarios quieren descubrir todos los objetos escondidos por el mapa, cuya recolección ofrece recompensas como minijuegos ocultos.

Por otro lado, el juego ofrece otra característica propia de los últimos lanzamientos de Nintendo: se adapta a cualquier clase de jugador. De esta forma, tanto los más veteranos como los menos hábiles o incluso los más pequeños podrán disfrutar del título. Para ello, 'Yoshi's Woolly World' ofrece un modo alternativo con el que el camino se hace más llevadero. Además, cuenta con un modo para dos jugadores que multiplica especialmente la diversión que ofrece. El título tejerá más de una sonrisa hasta en los usuarios más duros y hará disfrutar a todos aquellos ávidos por un juego de saltos entre plataformas tradicional pero, a su vez, revolucionario.

La compañía Square-Enix dio una segunda oportunidad a Final Fantasy XIV. El resultado fue 'Final Fantasy XIV A Realm Reborn', que situó al título como referente de los juegos multijugadores masivos en línea. Ahora llega la segunda parte del viaje emprendido por la compañía, la expansión 'Heavensward', que sitúa a los jugadores en el conflicto milenario entre los caballeros de Ishgard y los dragones de Dravania. Con una gran cantidad de nuevos contenidos, 'Heavensward' ha convertido Final Fantasy XIV en uno de los mejores en su tipo, toda una delicia para los aficionados.

Lo anunciaron hace unos meses y por fin ha visto la luz: los usuarios de consola ya pueden disfrutar de 'The Elder Scrolls Online', el juego de rol en línea que abre el continente de Tamriel a jugadores de todo el mundo. Su principal novedad es que no requiere de una suscripción extra para disfrutar de una vasta región cargada de tareas por hacer en compañía. El título cuenta con nuevas mazmorras y la región de Clagorn como otro de sus añadidos. Su potente argumento y las espectaculares batallas entre usuarios vuelven a ser sus principales armas.

Morrison vuelve a la carga con un detective en apuros que, al contrario de lo que pueda indicar el título del cómic, nada en el lado más soez y sucio de las calles. El guionista escocés saca su lado más obsceno y su humor más negro, sin olvidar sus característicos toques de fantasía surrealista. De este modo trata de volver a sorprender a sus seguidores originales tras una etapa muy superheroica. Para ello se junta con el lápiz crudo y sin tapujos del dibujante de 'The Boys'.

Una publicación a medio camino entre el cómic y el reportaje periodístico, en la que el escritor estadounidense Chris Hedges realiza un análisis de la triste situación de los territorios norteamericanos en los que el capitalismo y el mercantilismo han campado a sus anchas dejando a su paso una profunda herida en la sociedad. El ganador de un Pulitzer Joe Sacco ilustra las páginas de texto y añade otras de su propia cosecha con viñetas y personajes que se rebelan contra esa situación.

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