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EUROPA PRESS.
Viernes, 3 de marzo 2006, 01:00
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Según Arias se trata de una un pieza teatral "inacabada" dentro del denominado teatro "imposible" de Lorca, dirigido por Luis Miguel Cintra, quien fundo en Lisboa en 1973 la compañía 'Cornupia', "muy similar" al teatro que hace 'La Abadía'. Indicó que es la primera representación tras su paso por Madrid por lo que "hay que amoldar" el espectáculo a un escenario distinto al del Teatro de la Abadía madrileño.
Explicó que la obra comienza con un "gran monologo" que es la "explosión de un deseo de llevar la vida al escenario", desarrollado por el actor, Alberto Jiménez, que acompañó a Arias en la presentación de la obra y que hace de "autor de la obra". A partir de ahí éste lanza una serie de preguntas al aire de "cómo llevar el olor del mar a una sala de teatro o como inundar de estrellas un patio de butacas".
Arias señaló que tras el monologo "empiezan a aparecer una serie de personajes de la calle, del teatro, espectadores y hasta una revolución, que se contrapone a lo que defiende el autor". Parece ser que Lorca "estaba escribiendo algo parecido a un auto sacramental que pretendía titular 'El sueño de la vida'" por lo que el director de la obra Luis Miguel Cintra "ha realizado un prologo y un epílogo fundamentado en la pretensión de Lorca de hacer algo parecido a un auto sacramental".
Indicó que todos los personajes "a excepción de un joven con frac, se asemejan al auto sacramental" y que "tiene una relación con el autor algo irónica, a la hora de discutir sobre el arte, el artificio y llevar la vida al escenario".
Por su parte el actor, Alberto Jiménez, indicó que la obra "es la desesperación de una persona por querer utilizar el teatro para cambiar el mundo, representado en el personaje del autor", con el que señaló que se "identifica", por la "fe de que el teatro puede ayudar a mejorar la vida de las personas y puede transformar la realidad".
Jiménez afirmó que Lorca "explica de manera poética y certera la situación en la que nos encontramos hoy en día" puesto que aunque la obra se escribió en 1936 "todo lo que se hace y dice es absolutamente actual". Como ejemplo puso "la mentira de la sociedad, que ahora padecemos en España y en el mundo" puesto que "a través de ella, quienes dirigen el mundo, manipulan la sociedad" y "reivindica el teatro y el arte como el único lugar donde a través de la verdad, se puede destruir la mentira".
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